El Despertar: Las grandes estrellas (Capítulo XII)

     Del Libro El Despertar. Autor Juan Pedro Calvo (Por diversas razones, omitimos de momento el capítulo XI)

¡Buff… vaya día!… ¡Qué calor!.

Esta mañana me levanté empapado en sudor, con un especial tembleque en las piernas y con un ligerillo dolor de cabeza. Este tiempo nos va matando lentamente, las gripes son cada vez más virulentas y habituales y su  control es cada día menos previsible. Estamos en el mes de julio.

No he dejado de pensar durante toda la noche, quizás influenciado por tanta televisión basura, en cómo ha cambiado el famoseo y aún más el estrellato de los más populares.

Los setenta fueron años de rutilantes estrellas del mundo del cine, de la música, de las artes y de los medios de comunicación, que aportaban mucho al desarrollo de una sociedad necesitada de prototipos donde mirarse diariamente. Hoy existe un tremendo desasosiego con aquellos personajillos que queriendo ser populares nos ofrecen imágenes caóticas de una sociedad en decadencia.

A finales de los sesenta The Beatles ofrecieron su primera aparición televisiva en el Show de Ed Sullivan, convulsionando a la sociedad americana y provocando más tarde, que fueran reconocidos concediéndoles la Orden del Imperio Británico. La pertenencia a la orden es otorgada por el rey de Inglaterra a todos aquellos que hacen algo significativo en nombre del Reino Unido.

Nosotros quizás nos sintamos hoy  «orgullosos», de haber otorgado el apelativo de «Princesa del Pueblo», a la gran docta e inteligente Belén Esteban, por esa «importante» contribución  a la cultura del país.

Son las estrellas del ayer y de hoy.

 

El popular show de Ed Sullivan comenzó a emitirse en la CBS norteamericana en el año 1948, permaneciendo en antena hasta 1971. Por allí pasaron todo tipo de grandes estrellas del cine, de la muisca, de la cultura, de la comedia y del ballet. El programa televisivo se emitía los domingos a las ocho de la tarde desde Nueva York.

El 9 de septiembre de 1956 hizo su primer aparición en el programa Elvis Presley, a pesar de la inquina que Ed sentía por Elvis, que lo consideraba un rebelde y transgresor de las costumbres morales americanas. Ed no contempló en su momento que la figura de Elvis Presley  sería el comienzo de los nuevos conceptos de toda una filosofía juvenil mundial. Aquel antológico programa fue visto por más de 60 millones de espectadores. Su deliciosa Love Me Tender y la poderosa Don’t Be Cruel martillearon con fuerza las pantallas clásicas  americanas ofreciendo una nueva forma de ver la televisión.

Por aquel show, donde se ofrecía un extenso ramillete de las estrellas de entonces, pasaron figuras como  Mireille Mathieu, Dean Martin y Jerry Lewis, Count Basie, Bob Hope, Janis Joplin, CharlesLaughton, Nat Ki ng Cole, John Carradine, Sarah Vaughan, Peter Lawford, Billy Wilder, Billy Eckstine, Frankie Laine, Bill Haley y  sus Cometas, Sammy Davis Jr., Bo Diddley, James Brown, Julie Andrews, The Bee Gees, The Supremes, The Beach Boys, The Rolling Stones, The Temptations, The Doors, The Turtles, Carlos Santana, The Jackson 5, Credence Clearwater Revival y los españoles, ciertamente privilegiados, Raphael, Rocío Dúrcal y Marisol.

Uno de los momentos claves del show de Ed Sullivan fue sin lugar a dudas la presentación del grupo formado por  los hermanos Jackson apadrinados por la inigualable Diana Ross, del que saldría más tarde  la gran estrella mundial Michael Jackson.

Los programas televisivos de los setenta funcionaban bajo otros parámetros, no se vendían escándalos para aumentar las audiencias. Los protagonistas de las emisiones eran auténticas estrellas que costaban mucho dinero, del cual no se alardeaba públicamente. Las contrataciones de los artistas y de los intervenciones  en los programas, se sustentaban en la popularidad y la aportación artística de los contratados, pagándose lo que fuere necesario con tal de  presentar al televidente lo mejor de la cultura del país.

Estudio Abierto y Directísimo fueron  los  programas de José María Iñigo. El espectáculo, de verdad estaba servido.

José María Iñigo «el bigotes» nació en Bilbao en los años 40, unos dicen que en el 42 y otros que en el 43.  Comenzó su actividad radiofónica en Radio Bilbao a la edad de 18 años, trasladándose más tarde a Londres donde colaboraba con La SER en programas musicales. Su vuelta a Madrid le lleva a colaborar en programas musicales de la SER Los 40 y en el Gran Musical, escribiendo para revistas de éxito como El Musiquero y Mundo Joven.

Crea una productora, donde vende a diferentes emisoras un programa, creo recordar que se llamaba «Pentagrama», al que el propio Iñigo renuncia al no aparecer en los diferentes historiales que aparecen.

Su etapa en Televisión da un vuelco a su carrera, ofertando en un magazine de entrevistas y música una forma diferente de hacer la tele, trasladando la radio a un plató de televisión. La fórmula funciona y poco a poco se va abriendo paso entre tanta oferta televisiva dirigida al mundo del espectáculo, donde «Aplauso» de José Luis Uribarri se llevaba la gloria.

 

Su constancia, reiteración, cuidadas entrevistas y la selección exquisita de personajes únicos, en la mayoría de los casos no entrevistados hasta entonces en los medios españoles, le llevan a obtener un éxito inesperado en la segunda cadena de la televisión pública, limitada por su alcance, por su escasa audiencia y por los selectivo de su programación. Iñigo se hace muy popular y pasa  a TVE1,  la tele de  mayor audiencia. Es cuando comienzo en la primera con su programa Directísimo, de costos desorbitados y de una gran puesta en escena.

Para esta segunda etapa José María saca a su hermano Paco Iñigo de la Dirección de Promoción de discos ZAFIRO-NOVOLA y lo lleva con él para responsabilizarse de la contratación de entrevistados y artistas, poniendo en sus manos la Dirección Artística del programa. No se repara en gastos y las contrataciones multimillonarias de la ápoca dan paso a un programa lleno de interés televisivo con verdaderas estrellas rutilantes del mundo del cine, teatro, música y cultura en general, entrevistando y dando paso a políticos de un gran nivel.

Directísimo se estrenó en la primera cadena de televisión, el 12 de abril de 1975, ocupando el espacio estelar de la noche del sábado. En aquellos años no existían los botellones, ni los jóvenes se pasaban las noches fuera de casa, obligándoles sus padres a cenar en familia, horario aprovechado por el pequeño (de tamaño), José María para irrumpir con fuerza en los hogares españoles.

Los jóvenes discoteaban en las sesiones de la tarde, volvían a casa a cenar en un entorno familiar donde la tele ofrecía el magazine de Iñigo y más tarde, aquellos cuyas familias eran más progresistas volvían a las discotecas hasta su cierre, no más allá de las cuatro o cinco de la mañana.

Directísimo fue algo así como el Ed Sullivan Show español, pero adaptado a la sociedad española, con contenidos cuidadosamente preparados, dirigidos a  un sector muy popular y con atracciones de verdadero lujo. El programa apareció con un Franco ya en las últimas y duro un corto periodo de la transición, una vez muerto el Dictador. Su disparatado presupuesto y la desmesurada ambición de ambos hermanos dio al traste con su continuidad. Su última emisión fue el 19 de junio de 1976. Iñigo argumenta que sus personajes no costaban ni un  duro, mintiendo como un bellaco, y si no que se lo pregunten a su hermano Paco Iñigo, tapadera y alma mater real de la emisión.

Por Prado del Rey, estudios de la uno de la tele española, pasaron personajes del calado de Johnny Weismuller, Alain Delón, Rita Hayworth, Anthony Quinn, Tony Curtis, Telly Savallas (Kojak),  Sidney Rome, Neil Amstrong, Alexander Solzhenitsyn, toreros de la talla de Paco Camino y Palomo Linares que protagonizaron un duro enfrentamiento, y la mayoría de los actores y nombres fulgurantes de la política, las ciencias y las artes. El famoso Uri Geller fue uno de los personajes donde se sustentó gran parte de la popularidad del programa con actuaciones inverosímiles e inexplicables, donde más de veinte millones de tele-espectadores comprobaron desde sus casas como cientos de miles de relojes estropeados, cobraban vida volviendo a funcionar como si nada hubiera ocurrido. ¿Magia, poder o ilusión?. La verdad es que aquella manifestación televisiva dio la vuelta al mundo, dando mayor proyección aún al programa del inefable José María.

Las actuaciones de Directísimo fueron espectaculares con la presencia de figuras internacionales como Ike y Tina Turner, The Supremes con Diana Ross y cientos de artistas internacionales, además de todos los españoles y latinos referentes de la época.

A Directísimo habría que añadir programas de gran éxito televisivo como Aplauso o los programados en las noches del viernes y sábado. Programas espectáculo que combinaban todo tipo de artes escénicas. En una noche se podía ver un sketch teatral, un humorista, cantantes, entrevistas y demás  disciplinas artísticas donde primaba la originalidad.

Aquello si eran programas de entretenimiento, sin la necesidad de recurrir a la miseria de la televisión comercial de hoy.

Hoy Supremes, Serrat, Camilo José Cela, Ana Belén, Iñigo, Joaquín Prat, Jacques Brel o  Rafael Alberti, son sustituidos de manera «in misericorde» por las Belén Esteban, los José Javier Vázquez, Mila, Kiko Matamoros, Kiko Hernández, Raquel Bollo, Lara Rodríguez, José David Flores, Rosa Benito y un largo etcétera que además de salpicar de malas maneras la tele, se les permite el lujo, con su docta sabiduría de opinar de todo «quisquí», con ese gran criterio y lenguaje social y televisivo.

Qué momentos aquellos en los que se abría una emisión y aparecía el presentador con carácter festivo diciendo… «Hoy abren nuestro programa los sensacionales Moody Blues»; y acto seguido comenzaban aquellas maravillosas estrofas…

NIGHTS IN WHITE SATIN,
NEVER REACHING THE END,
LETTERS I´VE WRITTEN,
NEVER MEANING TO SEND.

BEAUTY I´D ALWAYS MISSED
WITH THESE EYES BEFORE,
JUST WHAT THE TRUTH IS
I CAN´T SAY ANYMORE.

´CAUSE I LOVE YOU,
YES, I LOVE YOU,
OH, HOW, I LOVE YOU.

GAZING AT PEOPLE,
SOME HAND IN HAND,
JUST WHAT I´M GOING THRU
THEY CAN UNDERSTAND.

SOME TRY TO TELL ME
THOUGHTS THEY CANNOT DEFEND,
JUST WHAT YOU WANT TO BE
YOU WILL BE IN THE END,

Ahora por el contrario se abre la emisión y aparecen, José Javier Vázquez, Ana Rosa Quintana o Jordi no se qué, con el escándalo farragoso y hortera de turno…

«Hoy queridos y mimados tele-espectadores se ha producido un gran acontecimientos social, la desconocida Lore Loscal asegura haberse tirado a un famosísimo torero».

Y comienza el tortuoso camino de las descalificaciones, las denuncias, los insultos más escabrosos, cuanto más grotescos y atrevidos mejor, y un largo desfile de personajillos que manifiestan sus impresiones en favor o en contra de tan magnánimo suceso. Todo ello si no se produce de entrada el enfrentamiento despiadado de los propios contertulios provocados por el presentador, por cierto, premio Ondas Nacional José Javier Vázquez.

Uno de los insufribles capítulos televisivos, propios de un vodevil, es el protagonizado por Víctor Sandoval y su marido Nacho Polo, donde se mezclan dramas amorosos, unido a sensacionalismos macabros, como la exageración, presuntamente,  de un cáncer o la picadura de una araña asesina, que ni siquiera en la películas de terror malas están tan latentes. Todo un bodrio y despropósito que sacuden el momento reparador de la sobremesa familiar con sobresaltos, estupor e incredulidad. Todos los días nos sentamos delante del televisor en tarde diaria con la curiosidad de saber cuál va a ser el disparate que toca.

Estoy convencido que el mundo gay no soporta tanto sensacionalismo con plumas. La razón o vivencias sexuales de cada uno, son dignas de tratar con respeto y en la intimidad, pero tanto alarde y tanta locura televisiva «amanerada», poniendo al pié de los caballos a aquellos homosexuales consecuentes, debe chirriar  en los oídos de su entorno. Muchos con buen  criterio pensaran…

¡Ya está bien!

Las estrellas rutilantes de los sesenta, setenta era otra cosa, daba igual cual fuere su tendencia, lo que realmente importaba era su arte y  su genialidad . ¿Quién no  recuerda a  Elton John? .¿Quién no admiraba al ambiguo David Bowie?.. ¿Quién no se movía frenéticamente al ritmo de Boney M y su líder Bobby Farrell?. Daba igual su tendencia sexual, lo que realmente importaba al oyente era su música, su creatividad y su talento.

¿Alguien alguna vez leyendo a Gala o García Lorca veía al mariquita?. Todo lo contrario, consumía con voracidad sus escritos maravillosos, llenos de sensaciones y aprendiendo en cada tramo de sus escritos la profundidad del pensamiento privilegiado y sabio de sus autores.

¿Alguna vez visionando una película de Rod Hudson pensábamos o nos regodeábamos en su más que probable homosexualidad, no dando crédito a sus escenas amorosas cinematográficas, o lo que realmente vemos  es su talento interpretativo?

Esa es la diferencia, con respecto al mundo del famoseo actual, por el contrario no importan sus talentos, que no los tienen, si no lo escándalos que proporcionan. El famoseo ha  tocado fondo y no se puede caer más bajo.

Hoy cualquier revista del corazón, está llena de reportajes, noticias y entrevistas a personajes cutres como  «Que me dices», cuyos titulares son.. «Belén  Esteban pillada por hacienda», «Feliciano y María José se reconcilian», «Lidia Bosch deja a su ex en la ruina»,  «Jorge Javier tiene bronca con Aida» (sensacional noticia), «Adriana Abenia, ¿la conocen?,  se recorre el Mediterráneo con su novio», estas son las noticias destacadas en 2011 de las revistas del corazón, estas son nuestras nuevas estrellas.. ¡qué pena!.

Fin del capítulo