Efigenia Borges: orgullo gomero, esencia canaria
Casimiro Curbelo
La Gomera siempre ha sido tierra de historias labradas en la sencillez, de vidas discretas capaces de cambiar su entorno con determinación y esfuerzo. Entre estos ejemplos de profunda humanidad y compromiso destaca, sin duda, Efigenia Borges, mujer excepcional que este próximo 30 de mayo será distinguida con la merecida Medalla de Oro de Canarias en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria.
No es exagerado afirmar que la figura de Efigenia representa lo más genuino del espíritu gomero. Nacida en Arure, aunque ligada eternamente a Las Hayas, ha sabido trascender su pequeño ámbito rural para convertirse en referencia absoluta del patrimonio cultural y gastronómico de nuestra isla. Su historia es la crónica viva del esfuerzo silencioso, pero constante, de quien hace camino paso a paso, sin grandes pretensiones más allá del amor por lo propio y la pasión por compartirlo.
Cuando, junto a su esposo Manuel, decidió abrir aquella humilde venta en Las Hayas, posiblemente nunca imaginó hasta dónde llegaría su ejemplo. En tiempos donde ni se soñaba aún con conceptos hoy tan presentes como la sostenibilidad o el turismo rural, Efigenia ya apostaba decididamente por productos locales, por las recetas de nuestras madres y abuelas, y por un modo de vida basado en el respeto a nuestra tierra y nuestras raíces. Así nació Casa Efigenia – Restaurante La Montaña, auténtico espacio de nuestra identidad gastronómica gomera.
Más allá de su excelencia culinaria, reconocida a nivel internacional y disfrutada por personajes tan diversos como Angela Merkel, Efigenia Borges ha sido una de las mejores embajadoras posible de nuestra isla. Su fortaleza de carácter, su incansable hospitalidad y su prodigiosa memoria la convirtieron, hace ya tiempo, en custodia viva de nuestras tradiciones. Gracias a ella, generaciones enteras han podido comprender mejor quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde debemos caminar.
La Gomera es una isla pequeña en extensión, pero inmensa en valores humanos. La distinción con la Medalla de Oro de Canarias no es solo un justo reconocimiento a su persona; es también el reconocimiento a todos esos gomeros y gomeras que, como ella, siguen manteniendo viva nuestra esencia, demostrando que desde la humildad también se construyen grandes historias.
Como gomero y como presidente del Cabildo, me llena de orgullo saber que Canarias entera reconocerá públicamente a una de sus grandes mujeres, ejemplo vivo del trabajo bien hecho, del respeto por nuestras tradiciones y del amor por esta tierra única.
Enhorabuena, querida Efigenia. Tu medalla es el reflejo brillante de nuestra mejor cara como sociedad, la que mira al futuro orgullosa de su pasado y plenamente consciente de su identidad. Gracias por seguir recordándonos, cada día, qué significa realmente ser gomeros y ser canarios.