La nueva Estrategia de Seguridad Energética Nacional está pendiente desde hace cinco años

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29 de abril 2025/Agencias
El apagón que desde este lunes afecta a la España peninsular y Portugal está llamado a impulsar la elaboración de una nueva Estrategia de Seguridad Energética Nacional, una hoja de ruta que el propio Consejo de Seguridad Nacional acordó revisar en plena crisis sanitaria del coronavirus.

Sin embargo, cinco años después, esa actualización aún no ha tenido lugar, por lo que la referencia continúa siendo el texto publicado en 2015, durante el Gobierno de Mariano Rajoy, donde se destaca el perfil energético «propio» de España, un país dependiente de los recursos del exterior y con limitadas interconexiones.

Ya en su prólogo se tratan temas que, sobre todo en los últimos años, a raíz de la pandemia y la crisis energética que siguió a la invasión rusa de Ucrania, han centrado el debate sobre la seguridad de suministro en España, como es avanzar en una «red europea plenamente interconectada».

«La anticipación es si cabe más imprescindible en un mundo interdependiente y multipolar en continuo cambio», prosigue el texto, que destaca el punto fuerte de un país que «cuenta con un ‘mix’ energético completo y diversificado tanto por origen geográfico como por fuentes primarias».

Desafíos a la seguridad energética
El documento expone, asimismo, los desafíos a la seguridad energética nacional, y cita, como retos, el cambio climático; el crecimiento exponencial de la demanda internacional; la ecuación de los mercados energéticos, y la gestión adecuada y eficaz de las reservas.

En tanto que identifica amenazas que van desde el ámbito económico -la falta de actualización y de inversiones en infraestructuras energéticas o las actividades fraudulentas en el sector-, al técnico -interconexiones insuficientes y accidentes industriales graves- y al ambiental -catástrofes naturales-.

También menciona riesgos deliberados como las ciberamenazas o las amenazas físicas a las infraestructuras energéticas, y geoestratégicos, como la inestabilidad política en los países productores, las amenazas a las rutas de aprovisionamiento y los conflictos políticos entre suministradores, consumidores y zonas de tránsito.

Esto último se materializó, de hecho, en el pasado más reciente de la relación entre la Unión Europea y Rusia, durante la crisis energética, cuando se constató el escenario que perfilaba la Estrategia.

«El uso político y coercitivo de las exportaciones energéticas, al que algunos grandes exportadores de energía recurren para satisfacer sus intereses nacionales, se configura como una nueva amenaza (…) al suponer una distorsión voluntaria de los mercados y una limitación de la libertad de acción de los países consumidores», subraya.

 

La actualización, en ‘stand by’
Ya en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 se prevé la revisión de esta hoja de ruta energética, al tratarse de uno de sus ámbitos prioritarios de actuación, con el objetivo de diversificar las fuentes de energía, garantizar la seguridad del transporte y abastecimiento e impulsar la sostenibilidad energética.

A ello se remitió el Consejo de Seguridad Nacional cuando aprobó, en 2020, el procedimiento para elaborar una nueva Estrategia de Seguridad Energética Nacional.

Al escenario incierto -agravado por la COVID- se unían factores de cambio: el proceso de transición energética y la descarbonización de la economía; la consiguiente apuesta por las energías renovables y la digitalización de las redes.

En este panorama, en el que todavía no se había iniciado el conflicto en Ucrania, el acuerdo publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) definía las conexiones como «infraestructuras críticas y determinantes en la consecución de la seguridad energética».

Las describía así por su «capacidad de reducir los posibles impactos negativos derivados de limitaciones o interrupciones del suministro».

«La actual coyuntura (…), unida a la configuración de nuevas y continuas amenazas en el escenario tradicional, hace que se considere de vital importancia contar con una nueva estrategia específica en el ámbito de la seguridad energética», concluía el Consejo de Seguridad Nacional.

El Consejo se reúne de forma extraordinaria, precisamente, este martes en el Complejo de la Moncloa, un encuentro presidido por el rey Felipe VI y al que asisten, además del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, una docena de ministros.

Crisis de electricidad
Al margen de la Estrategia, España dispone de un plan de preparación frente a los riesgos en el sector eléctrico donde se recoge bajo qué condiciones puede declararse la crisis de electricidad, un escenario al que recurrió este lunes el Ejecutivo a consecuencia del histórico apagón que afecta a la península.

Este instrumento fue elaborado conforme al reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de junio de 2019, que define estas crisis como «una situación presente o inminente de escasez significativa de electricidad, determinada por los Estados miembros y descrita en sus planes de preparación frente a los riesgos, o en la que es imposible suministrar electricidad a los clientes».