ENTREVISTA NADIA HAFID

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Nadia Hafid, historietista: 

 

“La negativa a hacerse cargo de menores migrantes llegados a Canarias me parece cruel y deshumanizante”

 

“En Mal Olor la cuestión de fondo vuelve a ser el racismo aunque antes lo había tratado de manera más críptica”

 

“Cuando surge el acoso las empresas tienen una serie de medidas cosméticas que invisibilizan lo que ocurre o desacreditan a quienes lo sufren”

 

La dibujante catalana, Nadia Hafid lo ha vuelto a conseguir. Desde que salió su nueva obra, Mal Olor el panorama del cómic español ha puesto su mirada con curiosidad en este trabajo en el que se repite la originalidad de contenidos y formas que ya demostró en El Buen Padre y Chacales a la vez de consolidar su puesto en la primera línea de los creadores actuales. En este caso se trata del relato sobre una multinacional modélica que roza la perfección, con números, beneficios y resultados redondos. Eso sí, hasta que de pronto aparece un cierto olor que desencadena y da vía libre a una serie de prejuicios, entre ellos el racismo, cuestión redundante en la obra de esta autora, cuyo padre es migrante magrebí. Por esta razón su opinión adquiere una especial autoridad cuando habla de las dificultades a las que se enfrenta Canarias en el reparto de menores, discusión de la que está  al tanto y no duda en tachar de “cruel y deshumanizante”

 

Por su anterior publicación Chacales en 2022 le concedieron el premio El Ojo Crítico de Radio Nacional de España, la primera vez que se incluía esta categoría. Ella nos relata lo ocurrido desde que la entrevistamos en aquella ocasión.

 

-Sí, es verdad que ha pasado bastante tiempo y tengo la sensación de que han ocurrido muchas cosas desde entonces, aunque a la vez me parece relativo, porque tampoco son tantos años. Pero lo cierto es que he podido sacar mi tercer cómic que es fruto del premio Finestres que gané el año pasado y que te dan para que puedas acabar un proyecto que hayas presentado aunque no esté terminado. Eso significa que tienes la posibilidad de poder trabajar con tranquilidad porque la dotación económica es muy importante y con la seguridad de que va a salir publicado. Así que puedes centrarte exclusivamente en realizar el cómic, lo que no es algo muy habitual en nuestro trabajo como autoras.

 

-Porque tú desde hace tiempo te has podido dedicar exclusivamente al dibujo, como tú dices algo bastante inusual. 

 

-En el caso de este trabajo sí he podido dedicarme exclusivamente por lo que ya comenté del premio y eso ha sido muy positivo. He notado como que de repente he estado totalmente metida en la historia sin interrupciones, de manera que el proceso creativo ha sido más corto porque está mucho más concentrado. Y eso se nota. Durante ese tiempo vives únicamente del cómic que estás haciendo y puedes disfrutarlo y vivirlo de otra manera a la habitual porque a veces los proyectos se alargan muchísimo o poco a poco vas perdiendo el fuelle. Pero sí, lo cierto es que he conseguido vivir del dibujo porque tengo la suerte de poder trabajar como ilustradora para la prensa, de dentro y fuera de España. Y luego aparte también doy clases, charlas… en fin que me he convertido en una especie de mujer-orquesta, siempre girando alrededor del dibujo y del arte. 

 

-Pocos autores españoles tienen esa suerte…

 

-Todavía sigue siendo difícil vivir exclusivamente de esto. No existe un aprecio real por nuestro trabajo, cuesta entender que es un oficio y un empleo que como tal debe estar remunerado y así seguimos. Los autores y autoras todavía nos encontramos con bastantes palos y piedras en el camino.

 

-Cuando hablamos la última vez hace dos años ya estabas barruntando más o menos el guión de esta obra, por lo que recuerdo. 

 

-Seguramente, llevo más o menos ese tiempo con este proyecto así que por aquel entonces ya tendría algo pensado. Siempre llevo una serie de anotaciones en libretas con ideas y lo más seguro es que ya había alguna pequeña semilla de lo que acabaría siendo este cómic, pero claro ha sido todo un proceso en el que me ido metiendo poco a poco. La cuestión de fondo que es el racismo ya la había tratado con anterioridad en las dos obras, sobre todo en Chacales, quizás de una manera más críptica mientras que en esta es la principal. 

 

-Por lo que sé, hablas un poco del acoso en una empresa. Algo muy corriente en la actualidad. 

 

-El elemento principal es decir que somos una sociedad racista en la que a título individual existen una serie de estereotipos que se promueven en las empresas entre los compañeros con toda una serie de acciones y luego que hay también un sistema que valida esta clase de violencia. En el cómic se intenta hacer una descripción de todo esto y de una forma de entender la vida que deja fuera a otras maneras diferentes de ser. También está presente la cuestión de la identidad como en las otras obras.

 

-El acoso en todas sus formas es algo que se repite desde el colegio.

 

-La violencia que desplegamos a través del racismo y cuestiones parecidas están ahí, en cualquier ámbito de nuestras vidas, precisamente porque somos una sociedad racista y yo quería trasladarlo al mundo de la empresa porque me parecía una forma más directa de plantearlo. Era una imagen muy poderosa porque además se habla de explotación, de alineación y es extrapolable a otros ámbitos de nuestro día a día.

 

-Los dibujantes suelen hacer el trabajo desde sus casas y en soledad. El famoso teletrabajo, así que este problema no lo habrás vivido demasiado de cerca.

 

-Sí, evidentemente trabajo sola pero a mí no me interesa tampoco partir exclusivamente de experiencias puramente personales. Me gusta hablar de cuestiones que nos afectan a todos y la explotación laboral creo que la hemos vivido la mayoría de las personas. En el teletrabajo,  siendo freelance aparecen otro tipo de explotaciones.

 

-Entonces supongo que más bien te basarías en experiencias que te han contado otras personas que lo hayan visto o vivido.

 

-Son experiencias que están ahí en nuestro día a día y que son palpables. El cómic acaba siendo un ejercicio de reflexión, de nuestra propia forma de actuar en la sociedad y de ver si fomentamos ciertas dinámicas, ciertos imaginarios y qué responsabilidad tenemos.

 

-¿Y tú crees que las empresas le dan importancia a estos enfrentamientos entre los trabajadores o simplemente prefieren mantenerse al margen? ¿Piensas que existe un sistema real para solucionar estas situaciones? Por lo que yo he comprobado les da igual o incluso a veces le sacan partido a las divisiones y guerras entre los trabajadores. 

 

-Exacto, hay toda una serie de medidas cosméticas y de márketing que en algunos casos lo que hacen es invisibilizar más aún lo que está ocurriendo e incluso desacreditar a quienes lo sufren. Al abordarlas de manera postiza  parece como que ya no están, que no es responsabilidad de la empresa y que realmente lo que ocurre es que el trabajador es demasiado susceptible o que se lo está imaginando. Todo eso es muy, muy frustrante y suele ocurrir sobre todo en grandes multinacionales en las que me he inspirado para hacer este trabajo. 

 

-La historia que planteas es un poco surrealista y supongo que sirve de metáfora. Una empresa perfecta en la que empieza a surgir un problema, un tanto particular, que rompe con esa imagen idílica y hace aflorar lo peor de los personajes.

 

-Es la primera vez que trabajo en una historia incluyendo elementos más oníricos y surrealistas. El Buen Padre y Chacales eran más realistas pero aquí añado cuestiones más de ciencia ficción, incluso de terror psicológico. Me apetecía jugar un poco con esos elementos un poco fantásticos que al final simplemente me ayudan a subrayar un poco esa metáfora, aunque para mí lo más importante era contar las relaciones que se tejen entre los personajes. Me inspiré en lecturas de la escritora Octavia E. Butler de ciencia ficción porque me apetecía usar piezas a las que no había recurrido hasta ahora. 

 

-Por lo pronto el recibimiento está siendo espectacular. 

 

-Está siendo muy bueno. Estoy muy contenta porque el cómic acaba de salir el 19 de febrero, primero en catalán y luego en marzo en castellano, así que todavía no ha pasado mucho tiempo pero sí he recibido ya algunas críticas que han sido muy bonitas.

 

-¿Este trabajo supone también un cambio en tu estilo? Siempre se ha dicho que eres una autora que tiende a la simplicidad de los dibujos. 

 

-Creo que sigo en esa línea, de alguna manera he acabado naturalizando que mi estilo va a ir por esa síntesis. Es como que ya está muy dentro de mí y me gusta, me siento cómoda trabajando y explorando esa parte de mí que en un momento dado decidió que mi manera de dibujar iba a ser lo más sintética posible pero al final nunca estás segura de si esto va a seguir así o no. No puedo asegurar que me mantendré siempre fiel a esta manera de dibujar. 

 

-¿Te ha costado mucho llegar a esa simplicidad en las formas? Mucha gente piensa que es lo más fácil porque los autores no se complican con detalles.

 

-Cuando empiezas sueles tener la necesidad de demostrar que eres muy hábil, que tienes muchos recursos y normalmente se peca de recargar demasiado los dibujos. Yo al menos sentía que mis primeros trabajos eran como muy barrocos, estaban muy recargados. Pero a medida que fui trabajando en fanzines, me di cuenta de que el resultado final era mucho más poderoso quitando cosas porque básicamente el mensaje llega de una manera mucho más clara, más directa si se prescinde de ciertas piezas. Así que fui eliminando trazos, elementos… pero es un camino al que llegas sola. También han tenido que ver referentes de otros artistas cuyo trabajo me interesa muchísimo, como Nick Drnaso que es muy limpio también o de Chris Ware que tiene una línea muy clara. No sé por qué pero me atraen muchísimo más estos estilos sintéticos.

 

-Es  casual que de nuevo los personajes no tengan rostro.

 

-Es un recurso que ya estaba presente desde mi primer trabajo y que me interesa mucho. La idea es que todos los personajes que estamos viendo pueden tener algo de nosotros y sentirnos reflejados en ellos y sólo tienen rostro cuando se miran en una ventana o a través de los espejos, un recurso que me ayuda a puntualizar ciertas ideas. Es un juego que me parece muy divertido y contundente para explicar determinadas cosas.

 

-¿Y qué recorrido crees que tendrá ahora la obra? ¿Cuáles son tus planes o expectativas?

 

-Lo principal es que llegue al mayor número de lectoras y lectores. Me encantaría también que hubiera algún tipo de traducción. Esa sería una gran noticia pero todavía es muy pronto.

 

-Por último y hablando de un asunto más bien político, quería preguntarte como hija de migrantes, si conoces la polémica que ha surgido en Canarias por el reparto de los menores que llegan en pateras a los que la mayoría de las comunidades autónomas españolas no quieren acoger. No sé si has oído algo. 

 

-Sí, estoy al tanto. Evidentemente me parece un horror vivir siempre de espaldas y no hacerse cargo de este tipo de problemas. Aparentar que lo positivo y realmente bueno es dar la impresión de que no va con nosotros. Me parece cruel y deshumanizante pero parece ser que este tipo de políticas están cada vez más extendidas. Esa precisamente para mí fue la semilla para hablar del auge de la extrema derecha y cuestiones de las que muchas veces no nos damos cuenta de que están aquí y ante las que giramos un poco la espalda como si esos problemas no fueran con nosotros. Y eso es un gran peligro. 

 

-Más aún cuando hablamos de menores. 

 

    -Sí, negarles sus derechos y la oportunidad de poder tener una vida digna y plena es violencia extrema.