Morir por trabajar: la otra cara de la precariedad en España

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03 de junio 2025

Desde SITCA denunciamos con firmeza el repunte sostenido de la siniestralidad laboral en nuestro país. 

El año 2024 cerró con más de 720 trabajadores muertos en accidente laboral, una cifra que, lejos de disminuir, mantiene una tendencia alarmante. Y a esta trágica estadística hay que sumar más de 600.000 accidentes laborales con baja médica, muchos de ellos con secuelas físicas o psicológicas para toda la vida.

Estamos hablando de hombres y mujeres que salieron de sus casas para ganarse la vida y no volvieron. De familias rotas por culpa de la negligencia empresarial, la falta de prevención o la presión por cumplir plazos a cualquier coste. Y en muchas ocasiones, con contratos precarios, jornadas extenuantes y nula protección.

Más temporalidad, más accidentes

Los datos del Ministerio de Trabajo y del propio Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo son concluyentes: los trabajadores con contratos temporales sufren hasta un 70% más de accidentes que aquellos con empleo estable. Esto no es casualidad. La precariedad mata.

Además, sectores como la construcción, la agricultura, el empaquetado hortofrutícola o los servicios de limpieza, donde SITCA tiene una importante implantación, figuran año tras año entre los más castigados por esta sangría.

Falta de inspecciones y de responsabilidad empresarial

El problema no es solo la ausencia de medios, sino la falta de voluntad política y empresarial para garantizar entornos laborales seguros. Las plantillas de inspectores de trabajo están infradotadas y las sanciones no tienen efecto disuasorio. Las empresas que incumplen sistemáticamente las normas de prevención siguen operando con total impunidad.

Desde SITCA exigimos un plan estatal urgente contra la siniestralidad laboral, que incluya:

Refuerzo inmediato de la Inspección de Trabajo.

Sanciones ejemplares a empresas reincidentes.

Participación real de los comités de salud laboral.

Formación preventiva obligatoria y adaptada a cada puesto.

Medidas específicas para sectores con alta tasa de accidentes.

Un clamor que no puede silenciarse

En SITCA no vamos a normalizar lo que nunca debe aceptarse: la vida de un trabajador vale más que cualquier cifra de beneficios. Por eso seguiremos alzando la voz, en Canarias y en todo el Estado, para que la seguridad en el trabajo deje de ser un privilegio y pase a ser un derecho real y efectivo.

Nos debemos a quienes ya no están. A sus familias. Y a todas las personas trabajadoras que cada día cumplen con su deber. Nuestro compromiso es claro: ni un muerto más por culpa del trabajo.