Día de las Fuerzas Armadas 2025: El desfile de la inversión no tapa el abandono de nuestros militares
En un Día marcado por grandes promesas presupuestarias, ATME alza la voz para denunciar el persistente abandono y la precariedad que sufren miles de militares.
ATME busca visibilizar una realidad que contrasta con el brillo de los desfiles, como ya demostró en la concentración que organizó el pasado mes de mayo ante el ministerio de Defensa.
Cáceres, 6 junio de 2025. – En la antesala del Día de las Fuerzas Armadas, el gobierno español mantiene su compromiso de alcanzar el 2% del PIB en gasto de Defensa para 2025, una medida que inyectará 10.471 millones de euros adicionales a la institución. De esta cifra, el 35% (3.700 millones) se destinará a mejorar las condiciones laborales, la preparación y el equipamiento, incluyendo 679 millones de euros para un supuesto aumento de retribuciones y efectivos. Sin embargo, a pesar de estas cifras prometedoras, la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) expresa serias reservas sobre el impacto real de esta inversión en la vida diaria de sus miembros. La opacidad del Ministerio de Defensa y la persistencia de graves deficiencias profesionales y retributivas generan una creciente frustración.
ATME ha solicitado en repetidas ocasiones, y sin éxito, una clarificación detallada de las partidas y conceptos que componen el supuesto aumento de retribuciones. Existe una gran incertidumbre sobre si los 368 millones de euros ya aplicados recientemente, que supusieron un aumento lineal de 200 € brutos para los militares, están incluidos en esta nueva asignación. Además, el anuncio de un incremento de efectivos choca con la realidad: el tope de personal de tropa y marinería está legalmente fijado en 79.000 efectivos en la Ley de Presupuestos Generales, por lo que un aumento requeriría una modificación legislativa que no parece viable en el ejercicio actual. Para ATME, la política retributiva actual es claramente insuficiente, estimando que para garantizar unos salarios dignos se necesitarían al menos 1.123 millones de euros anuales adicionales para una reforma integral de los complementos de empleo y específicos. Por ello, la asociación urge a la modificación del Reglamento de Retribuciones Militares, vigente desde 2005, para adecuarlo a las necesidades actuales.
“El desarrollo del Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y Defensa (PITSD) ha de ser objeto de valoración, análisis, y, según se indica en el propio plan, de coordinación, dándose a las AAPP la participación que la normativa en vigor establezca al respecto” (respuesta a ATME del Ministerio de Defensa)
Más allá de las cifras, la situación profesional de los militares y, en especial, de la Escala de Tropa y Marinería es insostenible. Estos profesionales, que asumen la obligación de defender a España incluso con el sacrificio de su vida, se sienten completamente desatendidos. La gran mayoría de la tropa y marinería debe abandonar las Fuerzas Armadas a los 45 años, lo que les aboca a un regreso al ámbito civil donde su servicio prestado no es reconocido. Además, a pesar de los innumerables fallecidos y heridos en acto de servicio, su profesión sigue sin ser declarada de riesgo. El gobierno ignoró una proposición no de ley de la Comisión de Defensa del Congreso para esta declaración, mientras que, en un gesto que aumenta el dolor del olvido, sí aprobó un Real Decreto para anticipar la edad de jubilación en otras profesiones, como la Policía Nacional o la Guardia Civil, excluyendo a los militares.
El desfile del Día de las Fuerzas Armadas en Santa Cruz de Tenerife mostrará a la sociedad una institución mejor dotada y equipada: sin embargo, este evento contrastará dolorosamente con la realidad de los miles de hombres y mujeres que desfilarán por sus calles, jugándose muchas veces la vida en el cumplimiento del deber, y cuyas condiciones laborales y retributivas persisten sin una solución integral. La ministra de Defensa, Margarita Robles, goza de una alta valoración, un mérito que se debe atribuir al trabajo abnegado y sacrificado de miles de militares al servicio de España. No obstante, esta percepción choca con la nula voluntad del Ministerio de acercarse a las asociaciones profesionales, que son la verdadera voz de los militares. Mientras la ciudadanía aplaude el esfuerzo y la abnegación de estos servidores públicos, gran parte de la sociedad permanece ajena a las precarias condiciones en las que trabajan y viven estos militares y sus familias.