Demuestran que el cerebro de votantes de PP y PSOE reacciona diferente ante la corrupción
21 de junio 2025/Agencias
Una investigación desarrollada con cuestionarios y técnicas cerebrales ha revelado cómo reacciona el cerebro ante la corrupción política y ha demostrado que hay diferencias entre los votantes de PSOE y PP y entre quienes tienen más o menos información sobre la actualidad política.
Científicos del departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Granada estudian el impacto de los mensajes de contenido político en diferentes perfiles y cómo se recibe esa información.
Un estudio desarrollado junto a la Temple University de Estados Unidos ha demostrado que los simpatizantes del PSOE y del PP no reaccionan igual a los mensajes relacionados con casos de corrupción, ya que los socialistas castigan con más intensidad estos casos que los del PP.
El investigador Luis Alberto Casado Aranda, uno de los autores de este estudio finalizado hace más de un año, ha explicado a EFE este viernes que los resultados son extrapolables a la actual situación política y que el equipo de las dos universidades eligió a votantes de PP y PSOE para obtener una muestra de perfiles diferenciados, pero no extremos.
El trabajo ha combinado cuestionarios y técnicas cerebrales sofisticadas para entender cómo los simpatizantes de los dos partidos procesan los mensajes de corrupción, ya que los votantes del PSOE castigan con más intensidad los casos de corrupción -incluso los de su propio partido- que los votantes del PP.
Estos últimos muestran un mayor sesgo partidista, minimizando la corrupción del PP y reaccionando con más dureza ante los escándalos socialistas.
Además, según los datos del estudio, los votantes progresistas tienden a ser más autocríticos y a sentirse más decepcionados con el sistema político, mientras que los conservadores denotan un mayor apego a su partido y un fuerte rechazo hacia cualquier mensaje positivo sobre el contrario.
Para este estudio, que ha publicado la revista ‘Political Psychology’, los científicos han escaneado el cerebro de los votantes de ambas formaciones mientras leían mensajes de corrupción y otros positivos, y decidían cuánto penalizaban o apoyaban las prácticas referidas en los mismos.
Han usado herramientas neurocientíficas avanzadas para analizar cómo responde el cerebro ante dichos mensajes y han comprobado que se activan áreas cerebrales relacionadas con el castigo, el riesgo, el arrepentimiento y la ambigüedad pero con distinta intensidad.
Casado ha explicado que un segundo estudio de este grupo de trabajo ha detectado reacciones diferentes en el cerebro de quienes están más familiarizados con la información y la actualidad política y las personas que solo están pendientes en momentos de convulsión como el actual.