Sánchez encara una difícil cumbre de la OTAN confiado en que le exima de más gasto militar
22 de juni0o 2025/Agencias
En su momento político más delicado desde que accedió a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez participa esta semana en su octava cumbre de la OTAN, una reunión que el Ejecutivo reconoce difícil pero en la que espera pactar una salida que exima a España de aumentar el gasto militar hasta el 5 % del PIB.
Los jefes de Estado o de Gobierno de la Alianza Atlántica se han citado el martes y miércoles próximos en La Haya para su reunión anual, la primera a la que acudirá en su segundo mandato el presidente estadounidense, Donald Trump.
Desde que accedió de nuevo a la Casa Blanca, Trump ha venido haciendo reiteradas llamadas a que los miembros de la Alianza incrementen su gasto en defensa y planteó ese 5 % del PIB que ha hecho suyo el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, aunque con un desglose y con el horizonte de 2032: un 3,5 % para inversión militar pura y un 1,5 % para gastos asociados.
Ante ese debate, Sánchez envió una carta a Rutte el pasado viernes en la que advierte de que el 5 % del PIB no es razonable, que podría ser incluso contraproducente y afectaría al estado del bienestar, y reclama una fórmula flexible que permita no comprometerse.
Momento complicado
Fuentes del Gobierno aseguran a EFE que confían en que los aliados entiendan esos argumentos y haya un acuerdo que avale esa exención porque, tal y como aseguraba en su misiva el jefe del Ejecutivo, un gasto del 2,1 % del PIB sería suficiente para cubrir las inversiones que se necesitan.
Es decir, que España subiría sólo un 0,1 % ese gasto después de que haya adelantado a este 2025 el compromiso de llegar al 2 % del PIB en 2029 aplicando un plan que presentó Sánchez el pasado 22 de abril y que incluye una inversión adicional de 10.471 millones de euros.
La cumbre de la OTAN y el debate que habrá en ella en torno a este asunto llega en un momento complicado para el Gobierno tras el informe de la UCO que provocó la dimisión de Santos Cerdán como secretario de Organización del PSOE y que ha derivado en exigencia de explicaciones no sólo de la oposición, sino también de los socios de investidura.
Sánchez ha asegurado que no piensa adelantar elecciones y que va a dar la cara, y espera que los grupos parlamentarios que le apoyaron sigan haciéndolo.
Unos grupos que en su mayoría son contrarios a aumentar más el gasto en defensa, y que si no han permitido aprobar aún ningún presupuesto del Estado en lo que va de legislatura, menos aún avalarían uno que aumentase la partidas destinadas a defensa.
El Gobierno asegura ser plenamente consciente de ello, pero las fuentes citadas recalcan que el rechazo expresado por Sánchez a llegar al 5 % del PIB no es consecuencia del actual momento político, sino que estaba decidido desde mucho antes a dar la batalla en esta cuestión.
Así, subrayan que desde hace tiempo Sánchez estaba determinado a marcar una posición «propia y valiente».
Reacción de Trump
Una vez conocido ese rechazo a llegar al 5 % del PIB en defensa, Trump recalcó este viernes que España debería pagar lo mismo que el resto y que siempre «ha pagado muy poco. O ha sido buen negociador -apostilló- o no ha hecho lo correcto».
Las fuentes citadas evitan polemizar sobre esas declaraciones y emplazan a las discusiones que habrá en las sesiones de La Haya, que asumen que serán duras y complicadas y en las que admiten que la actitud del presidente estadounidense es imprevisible.
Afirman además tener el convencimiento de que hay más aliados que comparten la posición española, aunque desconocen si se sumarán públicamente a ella.
Pese a su rechazo a llegar al 5 % del PIB, el presidente del Gobierno, que fue anfitrión de la cumbre de la OTAN de 2022, garantizará al resto de líderes de la Alianza que España es y seguirá siendo un aliado leal y comprometido.
Recordará que el país ha duplicado su gasto en defensa, siendo el cuarto de los de la OTAN que más lo ha aumentado, y que participa en numerosas misiones de paz.
Su objetivo es que se comprenda la posición que argumentó en su carta al secretario general de la OTAN y que le permitiría cumplir la promesa que hizo ante el Parlamento cuando adelantó a este año llegar al 2 % del PIB en gasto militar: no tocar ni un céntimo del gasto social.