Fiscalidad singular: oportunidad para la cohesión y el futuro de las Islas Verdes

Casimiro Curbelo 300425

Casimiro Curbelo

 

Durante años, hemos hablado –con preocupación y con voluntad política– de una Canarias a dos velocidades. Una, la del crecimiento económico acelerado de las grandes islas; otra, la de los territorios periféricos, castigados por la doble insularidad y por la falta de equidad estructural en las políticas públicas. Hoy, cuando el reto demográfico ocupa un lugar central en la agenda política, es momento de pasar del diagnóstico a la acción. Y la herramienta más potente que tenemos para corregir esas desigualdades se llama fiscalidad singular.

Las Islas Verdes –La Gomera, El Hierro y La Palma– comparten un rasgo común: sufren una desventaja estructural por razones geográficas, sociales y económicas. La dispersión territorial, la pérdida de población joven, el encarecimiento de los servicios básicos, el sobrecoste de la doble insularidad y la fragilidad del tejido empresarial no pueden abordarse con medidas coyunturales o genéricas. Necesitamos una fiscalidad adaptada a esta realidad, una fiscalidad que no iguale lo desigual, sino que corrija lo injusto.

Por eso, proponemos una bonificación del 50% en el tramo autonómico del IRPF para las rentas del trabajo en estos tres territorios. Esta medida no es un capricho ni una idea excéntrica; es una propuesta justa y racional para incentivar el arraigo poblacional, frenar la despoblación y dinamizar la economía local. No se trata de regalar nada, sino de dar oportunidades allí donde más se necesitan.

Nuestra propuesta no se queda ahí. Apostamos también por deducciones fiscales en rentas procedentes del capital mobiliario, arrendamientos y rendimientos inmobiliarios. Asimismo, planteamos bonificaciones en transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados para la adquisición de inmuebles destinados a actividades económicas. También debe contemplarse la reducción de gravámenes para empresas que operen efectivamente en estos territorios, siguiendo el modelo de incentivos que ya contempla nuestro Régimen Económico y Fiscal.

Estas medidas tienen un doble objetivo: estimular la inversión privada y facilitar el establecimiento de nuevas actividades económicas, especialmente en sectores estratégicos como el turismo sostenible, la economía digital, las energías renovables o los servicios sociosanitarios. A través de esta vía, podemos dotar a nuestras islas de nuevas capacidades para afrontar los desafíos del presente y del futuro.

Ya no hacen falta más estudios. El problema está identificado y la solución también. De hecho, el Parlamento de Canarias ha aprobado resoluciones claras en esta línea y el propio Gobierno ha mostrado sensibilidad, por ejemplo, con la compensación del coste del combustible. Sin embargo, es urgente avanzar hacia un marco fiscal estable, estructural y ambicioso, que tenga reflejo en los próximos presupuestos autonómicos.

 

Desde La Gomera seguiremos impulsando esta reivindicación como una prioridad irrenunciable. Porque si queremos una Canarias cohesionada, con igualdad de oportunidades para todas y todos, esta es la dirección que debemos seguir. Frente al modelo de desarrollo desigual que arrastra nuestra comunidad, la fiscalidad diferenciada es una oportunidad para reconciliar justicia y eficacia, para dar a nuestras islas no capitalinas una nueva capacidad de futuro. Es, en definitiva, una herramienta para que nadie tenga que marcharse de su isla por falta de oportunidades. Para que vivir en La Gomera, La Palma o El Hierro no sea un acto de resistencia.