Fundación Cine + Cómics entrevista al dibujante, Javier Rodríguez reciente ganador del premio Eisner
02 de Agosto 2025
JAVIER RODRIGUEZ, historietista y premio Eisner.
“Recibir un Eisner es un aval y si encima te lo dan en una de las categorías más importantes, pues me va a venir muy bien”
“Sería un poco absurdo que me pusiera a inventar superhéroes cuando ya existen Supermán y Spiderman”
“La historia reciente de España sigue coleteando y tiene mogollón de cabos sueltos. Me gustaría dar mi visión personal”
“Las grandes editoriales te dan libertad porque de lo contrario la máquina no se movería”
“Los fanzines y la autoedición fue algo que me gustó mucho en su momento y a lo que podría volver ¿Por qué no?”
Noé Ramón
Foto: María Villanueva
El historietista Javier Rodríguez está de plena actualidad estos días por haber recibido el premio Eisner, comparado hasta la saciedad con el Oscar del mundo de los cómics. En cuanto trascendió la noticia han sido multitud los medios que lógicamente quieren entrevistarlo y él accede con una amabilidad y disposición que no suele ser muy habitual en estos casos. El autor comenzó a dedicarse de pleno a este mundo en los años noventa en El Víbora, biblia del underground barcelonés, y desde ahí dio un inusual salto a los superhéroes de las sagas Marvel y DC. También ha colaborado con la revista Tentaciones de El País, entre otras varias publicaciones como El Jueves, la única revista satírica que ha sobrevivido a la crisis del sector. Pero ahora el grueso de su carrera tiene como epicentro Estados Unidos donde es respetado como colorista y dibujante y la mejor prueba de ello es el premio recién recibido por su cómic Zatanna. El autor que visitó una de las ediciones del Salón del Cómic de Tenerife, explica las razones que le han llevado a trabajar de forma casi exclusiva para las grandes editoriales norteamericanas.
-Al principio fue un poco buscando una continuidad de ingresos y poder trabajar luego aquí en cosas que fueran más personales, pero de repente cambió todo cuando me empezaron a hacer más encargos desde Estados Unidos hasta hoy. Y claro allí los proyectos son cada vez mejores mientras que aquí en Europa, a partir de 2008 la situación se ha complicado bastante y tienes menos posibilidades. Pero lo cierto es que ahora mismo estoy muy bien y trabajo con personajes que conocía a la perfección por ser lector de este tipo de cómics durante muchos años, desde que era pequeño.
-¿Y cómo viviste el salto desde El Víbora a trabajar con las multinacionales americanas de los superhéroes?
-Como ya digo era lector de los cómics de superhéroes, o sea que siempre me ha gustado este género. En un momento dado comencé a colorear cómics de mi amigo el dibujante, Marcos Martín y eso me abrió las puertas del mercado americano, donde poco a poco he ido haciendo una carrera como colorista. Un día un guionista con el que trabajaba le comentó al editor algo así como que yo era increíble con el color y que parecía imposible que pudiera narrar tanto siendo colorista. Marcos me vendió muy bien en el mercado americano así que al final me ofrecieron hacer las páginas de Spiderman y como la cosa funcionó incluso dejé de lado mi carrera como colorista y me dediqué sólo a dibujar.
-Y además has trabajado tanto para Marvel como en DC.
-Estuve más años en Marvel que en ningún otro sitio pero durante la pandemia cerraron una temporada y entonces llamé a las puertas de DC, algo que desde hacía tiempo tenía ganas de probar porque me gustaban sus equipos y propuestas. Y aquí sigo hasta ahora.
-Para muchos dibujantes españoles DC y Marvel significan conseguir una estabilidad económica y laboral que es imposible de otra manera.
-Es que a ver, el que te paguen por algo creativo también puede estar ligado a la estabilidad. Es verdad que aquí es mucho más difícil porque las tiradas son más cortas y allí realmente hay toda una industria montada alrededor de los cómics. También en Europa te puedes encontrar las dos grandes industrias como son la francesa y la italiana pero si quieres vivir de esto tienes que trabajar con una editorial que sea sólida y potente.
-Algunos se quejan de que las editoriales de superhéroes les dan poca libertad y que todo lo que deben hacer está muy marcado. ¿Es tu caso?
-Es cierto que desde afuera se puede dar esa impresión porque claro, el Capitán América, tiene que ser siempre el Capitán América. No hay más. Pero cuando empiezas a trabajar con ellos y te valoran entonces comienzan a llamarte y quieren que tú hagas también aportaciones y para eso hay que trabajar con total libertad. No te queda otra, sin libertad la máquina no se mueve. Ese es el motivo de por qué estas editoriales han llegado a ser tan grandes y han sobrevivido durante tantos años, porque ha habido autores que han escrito y dibujado en libertad, aportando siempre cosas nuevas. Cuando la gente hace ese tipo de comentarios, yo les digo: “Mira tu propia profesión”. En cuanto te especializas, con la experiencia aprendes hasta dónde puedes llegar y hasta dónde no. En el caso de un periodista, por ejemplo, cuando lo contrata El País es consciente del medio para el que trabaja y sabe que ya no es lo mismo que hacer un fanzine o un blog personal, en los que nadie te dice nada. Aquí no se te censura, sencillamente conoces al cliente y al editor, sabes lo que quieren y te adaptas, te vuelves profesional. Siempre habrá un editor que te marca unas pautas, por ejemplo, en cuanto a violencia los americanos funcionan de una forma muy distinta a como la manejamos en Europa. Todo al final es ir aprendiendo una serie de códigos, trabajarlos y la obligación del artista es llegar siempre al límite, jugar con eso y abrir caminos nuevos.
-¿De qué categoría es exactamente el premio Eisner que te han concedido porque para el público general resulta un poco complicado comprenderlo?
-Bueno, es un premio a la guionista y a mí por nuestro trabajo en Zatanna pero que también es extensible a todo el equipo, aunque claro, la parte más creativa siempre recae en el guión y en el dibujo. Zatanna es una serie que también se publica aquí pero en Estados Unidos está un poco más elaborada. La idea es que sea un tomito que puedas leer de forma independiente para conocer el personaje, no tienes que seguir ninguna colección, son historias que empiezan y acaban en el mismo número, en las que te dan toda la información de cada uno de los personajes. Va dirigido a un lector casual que no está obligado a seguir toda la colección. Por eso el premio ha sido a la mejor serie limitada porque suelen durar un año, así que ahora lógicamente han reconocido trabajos hechos en 2024. Recibir este Eisner en concreto está muy bien, porque la categoría de las series limitadas es uno de los premios más importantes.
-¿Estuviste allí para recogerlo? Creo que aquello es una especie de circo que resulta bastante curioso.
-No, no estuve. Voy a ir a Nueva York en octubre para estar por primera vez en el Comic Con. No soy muy amigo de este tipo de actos en los que hay mucha gente y además ya estaba cubierta la representación de nuestro equipo con la guionista que vive allí.
-¿Es cierto ese tópico de que los Eisner pueden ser considerados los Óscar del mundo del cómic? ¿Cómo crees que va a afectar a tu carrera?
-Es cierto que es el galardón más distinguido que hay en el cómic y con diferencia. No sé como me va a afectar, siempre pienso que todo esto es más bien cosa de mercadotecnia, pero seguro que me va a venir muy bien a mí y al libro porque vivimos en una sociedad en la que vemos películas que tienen cinco estrellas o compramos los electrodomésticos que según nos dicen son los mejores. Así que es un aval y si encima te lo dan en la categoría más importante pues te ayuda mucho a la hora de hacer que ese lector o comprador elija Zatanna porque ha sido reconocido.
-Empezaste como casi todo el mundo haciendo fanzines y en la autoedición. ¿Te imaginas en algún momento volver a los orígenes?
-Sí me lo imagino ¿por qué no? Podría ser pero vamos no es algo que tenga pensado a corto plazo y cuando digo corto plazo quiero decir a dos o tres años vista que es la perspectiva máxima con la que trabajo y hasta donde ahora mismo tengo la agenda cubierta. Lo que no quita que en algún momento dado vuelva a ese punto porque recuerdo aquellos tiempos con mucho cariño. Lo de los fanzines y la autoedición me gustó mucho. Claro que sí, podría hacerlo perfectamente.
-Y en ese caso ¿tendrías ya algún proyecto en mente?
-Claro, siempre los hay. De hecho hago cómics precisamente para contar historias, así que siempre tengo cosas dándome vueltas en la cabeza. Es como una bolsa en la que vas metiendo los proyectos y un día sacas uno y ya está. O de repente algo que se te ocurrió hace tiempo ves que te viene muy bien para el cómic en el que estás trabajando.
-¿Cuál es tu mayor inspiración a la hora de crear historias?
-Sin duda tu propia vida. Cosas como que estés de vacaciones y de pronto ves algo que te llama la atención y dices, “pues mira esto sería perfecto para aquella escena que ya tenía en la cabeza”.
-¿Pero habitualmente lo usas para cómics de superhéroes o más bien se te ocurren para otros, digamos, más europeos?
-Creo que sería un poco absurdo hacer cómics de superhéroes si no es para Marvel o DC. Eso lo tengo claro, primero porque el género de superhéroes es el único que ha sido cien por cien inventado por los cómics, todos los demás como los costumbristas o las aventuras vienen de las novelas o el teatro Si pusiéramos como fecha de inicio de los cómics finales del XIX, veríamos que ya estaba todo creado pero el primer género propio que surge es el de los superhéroes, así que existe una larga tradición. No le vería sentido inventar superhéroes por mi cuenta porque precisamente la gracia es usar esos arquetipos como Supermán o Spiderman. Así que de hacer algo propio sería más costumbrista, claro.
-¿Por qué crees que a la gente le atraen tanto los superhéroes? ¿Cuál es el origen de su enorme éxito? Es como una especie de mitología moderna.
-Bueno moderna hasta cierto punto porque hablamos de los años treinta del siglo XX que es donde yo sitúo el nacimiento de los superhéroes. Su origen es la migración de un montón de personas desde Europa que venían a buscarse la vida a Estados Unidos y que llevaban consigo toda una tradición bastante ligada a la religión judía y su representación de lo divino.
-Está claro que son arquetipos universales.
-Sí arquetipos de la Grecia antigua, podríamos incluso llegar hasta ahí. Todo viene del héroe fuerte que tiene superpoderes y siempre ayuda al más débil.
-¿Te ves haciendo una novela gráfica sobre memoria histórica?
-La cuestión de la memoria histórica me interesa muchísimo, pero soy más fan de la historia y de la memoria, por separado. Entonces me gustaría mucho hacer algo en ese sentido. En España tenemos una cuenta pendiente porque por mucho que se insista nuestra historia sigue coleteando constantemente y hay mogollón de cabos sueltos. Está clara la posibilidad de plantear lo que pudo haber pasado y dar una visión personal de lo ocurrido. Sí, me gustaría pero claro, sólo tienes una vida y no te da para hacerlo todo.
-También se resalta mucho de ti la vinculación que mantienes con la música. Precisamente el Salón del cómic de A Coruña que empieza en pocos días tiene como motivo principal la relación del cómic y la música.
-Pues mira no lo sabía, lo desconocía. Me parece muy divertido.
-¿Pese al trabajo mantienes ese contacto con la música? ¿Tienes un grupo?
-A ver yo toco la guitarra todos los días porque es una de las cosas que más me gusta hacer, además de los cómics. Es una actividad que disfruto mucho y con la que mejor me lo paso. Pero no tengo grupo, no me da la vida para ello. Espero que en el futuro pueda volver a montar algo con más personas pero ahora mismo con el trabajo y la familia lo tengo ya todo cubierto.