Las balsas de Tenerife alcanzan el 47,7% de su capacidad

Valentín González

El consejero de Sector Primario, Valentín González, asegura que “estos datos nos permiten ser moderadamente optimistas, pero hay que seguir siendo prudentes y hacer uso responsable del recurso este mes agosto”

5 de agosto de 2025. El consejero de Sector Primario del Cabildo de Tenerife, Valentín González, anuncia que las reservas de agua de riego en las balsas de la isla han alcanzado el 47,7%, durante este mes de agosto, el de su capacidad total, “un dato que nos permite ser moderadamente optimistas a la hora de garantizar el suministro de agua de riego en la época estival, afrontando con cierta tranquilidad para el campo tinerfeño los meses más cálidos del año”.

“La situación es mejor que en 2024, pero hay que seguir siendo prudentes y hacer uso responsable del recurso durante el presente mes de agosto. El volumen de agua almacenada en las balsas de Tenerife es de 2.392.136 metros cúbicos, lo que supone un 47,4%. El dato del almacenamiento es positivo de cara a afrontar este mes con ciertas garantías para el riego agrícola. Es el mejor dato de los últimos seis años, casi igualando los registros del verano de 2021, lo que implica que vayamos a tener un mes de agosto tranquilo sin la necesidad de aplicar restricciones ni modulaciones en ninguna de las redes de riego gestionadas por Balten”, destaca González.

Valentín González pone de relieve que “estos datos suponen un respiro para el sector agrícola en estos meses de verano, durante los que prevemos un incremento del consumo de agua agrícola, aunque todo dependerá de la situación climática. El aumento de las reservas ofrece más garantía en cuanto a los recursos hídricos agrícolas disponibles. A pesar de ser un periodo con un consumo muy elevado, estimamos que podremos cubrir esa demanda de una manera optimista”.

González insiste en que “desde el Cabildo de Tenerife seguimos trabajando en mejorar el mapa de recursos hidráulicos de la isla, un camino que iniciamos con la declaración de emergencia agro climática, que afectaba de forma especial al campo tinerfeño, dando respuesta a las necesidades del sector agrícola en relación al acceso a agua de riego de calidad y a un precio competitivo”.