ATME insta al ministerio de Defensa a que realice un seguimiento médico a los militares que fueron desplegados durante la erupción del volcán de La Palma
La epidemióloga María del Cristo Rodríguez ha calificado el impacto en las personas que limpiaron las cenizas como una «incógnita».
Se debe evitar que este problema se convierta en un nuevo caso como el del amianto, cuyas graves consecuencias en la salud se manifestaron a muy largo plazo.
Cáceres, 11 agosto de 2025 – La Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) ha remitido un escrito al Ministerio de Defensa manifestando su profunda preocupación por la salud del personal militar que participó en las operaciones en apoyo a la población civil tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja (La Palma), entre septiembre y diciembre de 2021. La asociación exige al Ministerio que tome medidas inmediatas para garantizar el bienestar de los soldados y marineros que intervinieron en el despliegue y evitar que este problema se convierta en un nuevo caso como el del amianto, cuyas graves consecuencias en la salud se manifestaron a muy largo plazo.
Un estudio, denominado «Isvolcan», llevado a cabo por investigadores de La Candelaria, el Área de Salud de La Palma y la Universidad de Las Palmas, está analizando las secuelas de la erupción en la población civil. Los hallazgos preliminares han detectado patologías respiratorias, cardiovasculares, dermatológicas, oculares y problemas de salud mental. La epidemióloga María del Cristo Rodríguez ha calificado el impacto en las personas que limpiaron las cenizas como una «incógnita».
Unidades como la Unidad Militar de Emergencias (UME) y otras de las Fuerzas Armadas desempeñaron un papel crucial en estas labores, incluyendo evacuaciones, mediciones de gases tóxicos, tomas de muestras y limpieza de cenizas, exponiendo a su personal a los contaminantes volcánicos.
Ante esta situación, la ATME ha solicitado al Ministerio de Defensa una serie de aclaraciones y acciones concretas. La asociación pregunta si existe un registro sanitario específico para el personal desplegado, si se está realizando un seguimiento médico, y si se han detectado en este grupo las mismas patologías descritas en el estudio «Isvolcan». También cuestionan si se ha verificado si estos militares han desarrollado más patologías en comparación con sus compañeros que no estuvieron en la zona.
Además, ATME quiere saber si el Ministerio ha realizado o tiene previsto un estudio interno similar a «Isvolcan» y si ha colaborado con sus investigadores. La Asociación también ha preguntado sobre los protocolos de prevención de riesgos laborales que se activaron durante la intervención, los Equipos de Protección Individual (EPI) utilizados y si se han actualizado los protocolos de actuación para futuras catástrofes basándose en las «lecciones aprendidas» de esta emergencia.
ATME insiste en que, si el Ministerio de Defensa no ha emprendido ninguna acción hasta la fecha, es imperativo que actúe de inmediato. La salud y el bienestar del personal militar deben ser una prioridad ineludible. Por ello, la asociación insta al Ministerio a que inicie un seguimiento médico exhaustivo y a largo plazo para todos los militares que participaron en las operaciones de La Palma, garantizando que su servicio a la nación no ponga en riesgo su salud de forma permanente.
Se debe evitar que este problema se convierta en un nuevo caso como el producido por el amianto, que se vio en la salud a muy largo plazo.