El diagnóstico precoz del alzhéimer mejora la calidad de vida del paciente y la planificación familiar
La neuróloga Elisa Lallena aboga por la prevención, a través del control de los factores de riesgo cardiovasculares, la práctica de ejercicio y una alimentación basada en la dieta mediterránea
Con motivo de la celebración, el próximo domingo, del Día Mundial del Alzhéimer, destaca la importancia de las terapias cognitiva y ocupacional para abordar la enfermedad
“El diagnóstico precoz del alzhéimer permite mejorar la calidad de vida del paciente y la planificación familiar”, afirma la neuróloga de Hospital Parque Elisa Lallena. En este sentido, señala que una detección temprana es fundamental para descartar causas tratables, ofrecer un tratamiento sintomático oportuno, optimizar el control de los factores de riesgo cardiovascular, planificar el cuidado y decisiones legales o financieras que sean necesarias, así como acceder a programas de apoyo.
Con motivo de la celebración, el próximo domingo, del Día Mundial del Alzhéimer, explica que esta patología se centra en un proceso neurodegenerativo que representa entre el 60% y el 80% de los casos de demencia. Añade que, aunque en un principio se inicia con cambios neuropatológicos cuando la persona está todavía asintomática, posteriormente se traduce en el desarrollo de síntomas clínicos de deterioro cognitivo que alteran la capacidad funcional de las personas tanto en el hogar como en el entorno social y laboral.
Esta enfermedad afecta principalmente a mayores de 65 años, con una prevalencia del 1,3% de la población entre 65 y 69 años, aumentando el riesgo con la edad, alcanzando el 40,8% en mayores de 90 años.
Elisa Lallena puntualiza que, aunque la edad es el principal factor de riesgo, alrededor de un 45% de las demencias puede atribuirse a una combinación de 14 aspectos que son potencialmente modificables y que, en su mayoría, están vinculados a las enfermedades cardiovasculares. Este es el caso del tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo, la obesidad, la hipertensión, la diabetes o los niveles altos de colesterol.
Por ello, incide en que el control de estos aspectos, junto una alimentación centrada en la dieta mediterránea, la práctica regular de deporte y la estimulación cognitiva juegan un papel clave a la hora de prevenir la aparición de la enfermedad.
No obstante, apunta que otros aspectos, como un bajo nivel educativo, la contaminación del aire, las lesiones cerebrales traumáticas, la depresión, la discapacidad auditiva, el aislamiento social y la pérdida visual favorecen también su desarrollo.
La neuróloga de Hospital Parque apunta que los primeros síntomas del alzhéimer suelen ser sutiles, con fallos leves en la memoria episódica, dificultad para encontrar las palabras al mantener una conversación o para realizar actividades que solían realizar previamente sin problemas, así como leves variaciones en la conducta o en el estado de ánimo.
Detalla que el diagnóstico requiere de una evaluación médica exhaustiva, que incluye el análisis de los antecedentes médicos, pruebas de cribado cognitivo, un examen físico y neurológico, además de análisis de sangre y de neuroimagen con el fin de descartar causas de demencias tratables. El estudio se podría completar con una evaluación del metabolismo cerebral y biomarcadores.
Pese a que en estos momentos no existe un tratamiento curativo, el abordaje se centra en paliar los síntomas asociados a la enfermedad.
Además, apunta, cobra especial relevancia la terapia de estimulación cognitiva, a través de ejercicios de memoria, orientación y funciones ejecutivas, así como la terapia ocupacional.
Estas intervenciones, puntualiza, pueden mejorar la comunicación y la interacción social, haciéndose más patentes los beneficios si se llevan a cabo de forma regular y sostenida en el tiempo.