Ante el juez un comisario investigado por acoso a una subordinada en la embajada en India
21 de abril 2025/Agencias
El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge interrogará este lunes a un comisario destinado hasta hace poco en la Embajada de España en la India, investigado por acosar presuntamente a su ayudante, que ha denunciado que le dio un beso en la comisura de los labios sin su consentimiento y que la amenazó y pegó, incluso en público.
El comisario Emilio de la Calle, cesado de sus funciones como consejero de Interior de la Embajada y suspendido desde hace semanas, comparece en calidad de querellado por delitos de acoso sexual y laboral, lesiones, amenazas, agresión sexual y contra la intimidad de una subinspectora.
Lo hace tras intentar sin éxito suspender su comparecencia al alegar su defensa falta de tiempo para instruirse en la causa y la «situación psicológica muy precaria» del policía.
El juez De Jorge decidió mantener la declaración, que se enmarca en la causa abierta tras admitir a trámite la querella de la subinspectora, que denuncia haber sido víctima de un hostigamiento «permanente en el tiempo», de un control «sistemático» sobre su vida, e incluso haber recibido collejas del comisario, entre otras lesiones.
La querella incorpora grabaciones en las que el comisario se habría dirigido a ella en estos términos: «¿Qué hago? ¿Te pego? ¿Te doy una hostia? Sí, a ver si con un ojo morado…». «Te he dado una colleja, porque no me… Sí, te he dado una colleja y te la volveré a dar». «Vete a casa, date una ducha, saca el satisfyer»; «¿Tan gilipollas eres?».
El acoso, según relata la mujer, se produjo desde que entró a trabajar en la Embajada de España en la India como personal de apoyo operativo, en julio de 2024, hasta que denunció los hechos por vía interna en la Policía, el mes pasado.
Denuncia que su superior la denigraba, la «insultaba y descalificaba gratuitamente», la acosaba incluso fuera de su horario laboral y miraba sus mensajes de móvil.
También relata un episodio en el que, el 14 de febrero, cuando la subinspectora sufrió un desmayo «fruto del estrés acumulado» y se encontraba indispuesta en su casa, el comisario se acercó y «mientras le acariciaba la mejilla, le dio un beso en la comisura de los labios que ella no consintió» ni «estaba en disposición de consentir».
La subinspectora también denuncia que en un acto en la Embajada de Hungría, el comisario la sujetó del brazo «violentamente», «la empujó y la dirigió» a un sitio apartado «para abroncarla» después de que ella estuviese hablando con un chico durante un discurso.
Estos hechos motivaron que el cónsul de la Embajada le mandase un mensaje en el que lamentaba no haber intervenido después de que su jefe la agarrase «violentamente del brazo», un comportamiento «inaceptable» en Hungría, dijo, y confesó que quiso hablar con el comisario, pero un colega le «contuvo».