Bustinduy apuesta por mejorar las condiciones laborales en el sector de los cuidados
18 de julio 2025/Agencias
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha destacado que el futuro del sistema de dependencia pasa por mejorar la condiciones laborales de los trabajadoras del sector, que, según un estudio, se encuentran en una elevada temporalidad, con sueldos bajos y mayores problemas de salud.
Bustinduy ha afirmado que la aprobación el martes pasado en el Consejo de Ministros de las reformas de la ley de dependencia y de la de discapacidad representa un paso más para conseguir un “cambio copernicano” en la transformación de un sistema de atención que ha pensado más en términos de plazas que en “las necesidades de las personas”.
«No podemos olvidar, ni por un segundo, que esta es solo una cara de la moneda, y al otro lado están las ciento de miles de personas, mayoritariamente mujeres, que sostienen sobre sus hombros un sistema aún lastrado por los mismos prejuicios sexistas, las mismas carencias de reconocimiento y una retribución digna, que los cuidados informales que fueran antaño mayoritarios», ha añadido.
Según datos del un estudio de la Secretaria de Estado de Derechos Sociales y las consultoras Afi y 40dB, el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) cuenta con más de 600.000 personas empleadas en sectores relacionados con los cuidados, un sistema en el que las mujeres representan más del 85 % del empleo en cuidados formales y un 88 % en servicios sociales sin alojamiento, una de cada cuatro es de origen extranjero que ha ido aumentado en los últimos años y con una media de edad de 45 años o más.
Marina Asencio, especialista en desarrollo y crecimiento económico partícipe en el estudio, ha hecho hincapié en el cambio demográfico que está viviendo España, en el que la población mayor de 75 años, incluso mayor de 80 años representará una parte mayor de la población, por lo que “los cuidados serán cada vez una labor más necesaria en nuestra sociedad”.
La temporalidad es otro de los factores que está afectando dentro del sector, en el que el 23 % de los contratos en centros residenciales son temporales, y tan solo el 60 % en servicios sociales sin alojamiento son indefinidos.
De hecho, en los servicios sociales sin alojamiento son los que presentan una parcialidad involuntaria significativa: el 25 % trabajan a jornada parcial y entre ellas, el 60% de las trabajadoras lo hace de forma involuntaria.
España sigue por debajo de la media de la OCDE en el sector de cuidados, ya que entre 2011 y 2021 solo había unas 5 trabajadoras de cuidados por cada 100 personas mayores de 65 años, frente a la media OCDE de 5,7, y muy lejos de países como Noruega o Suecia, que rondaban las 12.
Uno de los puntos que genera mayor insatisfacción entre las trabajadoras es la remuneración, que según el estudio, se encuentra en torno a 10.000 euros por debajo del promedio nacional, hecho que les empuja al pluriempleo.
También existe una mayor prevalencia de enfermedades físicas que se cronifican con la edad y se constata que el 38 % de las cuidadoras de entre 45 y 65 años había sufrido alguna vez dolor cervical crónico y el 42 % lumbar.
Unos problemas de salud que elevan su absentismo, propiciado por “la alta incidencia” de accidentes de trabajo, que fue un 75 % mayor al promedio nacional en residencias, y un 25 % superior en servicios sociales sin alojamiento.
Así, dadas las condiciones laborales, se está evidenciando una fuga de profesionales de cuidados al sector sanitario. Según los datos de 2023 que proporciona el estudio , casi un tercio de las trabajadoras de residencias y un 9,4 de las de servicios sociales sin alojamiento se cambiaron a este sector debido al aumento de sueldo que ascendía a 2.000 y 2.500 euros brutos anuales.