“Canarias, atrapada en la espiral del absentismo laboral: El 8% supone un freno real al futuro del archipiélago”
4 de septiembre 2025
El absentismo laboral en Canarias ha alcanzado niveles sin precedentes en los últimos cuatro años, convirtiéndose en un problema estructural que erosiona la productividad, debilita la competitividad y pone en riesgo la sostenibilidad del sistema económico y social.
Según los datos de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) (Anexo I), los procesos de incapacidad temporal por contingencias comunes en Canarias se duplicaron entre 2020 y 2024, pasando de 109.258 a 228.980 (+109,6%), frente al 82,9% registrado en el conjunto de España. En la provincia de Santa Cruz de Tenerife, el incremento fue aún mayor: +115,3% en apenas cuatro años.
La duración media de las bajas confirma la brecha: en 2024, en Santa Cruz de Tenerife alcanzaron los 61,3 días de media, casi veinte más que en España (42,5). Además, mientras en el conjunto nacional la duración cayó un 20,9% desde 2020, en Santa Cruz de Tenerife apenas se redujo un 16,9%. Cada día extra de baja innecesaria supone un coste añadido para empresas, trabajadores y administraciones.
El absentismo en Canarias en 2024 equivale a que 78.364 trabajadores no acudieran ni un solo día al trabajo durante todo el año, lo que supone la pérdida del 8% de la capacidad laboral del archipiélago.
➢ Impacto económico devastador
En la provincia de Santa Cruz de Tenerife, el coste total de las incapacidades temporales por contingencias comunes se disparó un 74,7%, hasta alcanzar 619,5 millones de euros en 2024. A nivel regional, el gasto total supera los 1.300 millones de euros, repartidos casi a partes iguales entre la Seguridad Social (672,5 millones) y las empresas (631,5 millones). Esta doble carga compromete la competitividad de las empresas y la capacidad de las arcas públicas para atender otras prioridades sociales.
➢ Contingencias comunes: el gran agujero negro
Las bajas por contingencias profesionales han caído un 65% entre 2020 y 2024 gracias a la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Sin embargo, las contingencias
comunes se han disparado un 105% en el mismo periodo y ya representan más del 92% de todas las bajas.
En consonancia con la estructura productiva de la provincia, los sectores con mayor incidencia por contingencias comunes son hostelería, con 37.754 bajas (+242,5%), comercio, con 27.454 (+69,4%), y las actividades sanitarias y de servicios sociales, que alcanzan 27.405 casos (+78,0%) (Anexo II). Porcentualmente, se observan incrementos entre 2020 y 2024 mucho más acusados en subsectores como el alojamiento turístico (+380,7%), el transporte aéreo (+206,2%) o los servicios sociales sin alojamiento (+201,4%) (Anexo III).
➢ Ineficiencias estructurales
La comparación entre la gestión pública y la de las mutuas revela ineficiencias graves: para las mismas patologías traumatológicas, el Servicio Canario de Salud tarda 45 días más en resolver una baja por contingencia común que una mutua en contingencia profesional. Este retraso no responde a necesidades médicas, sino a listas de espera, demoras diagnósticas y trámites burocráticos que cronifican el absentismo.
➢ Propuestas y llamado a la acción
Ante este panorama, desde CEOE Tenerife reclamamos que el absentismo debe ser un eje prioritario del debate público sobre productividad y planteamos:
- Reforzar la gestión de las contingencias comunes, con mayor colaboración entre el Instituto Nacional de la Seguridad Social, Servicio Canario de Salud, mutuas y empresas.
- Reducir listas de espera y agilizar diagnósticos, evitando demoras injustificadas que prolongan las bajas.
- Incentivar la reincorporación temprana y segura del trabajador, con programas de adaptación progresiva al puesto.
- Dotar presupuestos ajustados al coste real de las contingencias, para no comprometer otras partidas sociales.
- Impulsar campañas de sensibilización compartida que refuercen la corresponsabilidad de trabajadores, administraciones y empresas.
Asimismo, la legislación y la puesta en marcha de las medidas pactadas en la concertación social de Canarias, a través de políticas y campañas aprobadas por el ICASEL han dado resultado en materia de salud laboral y marcan el camino para solucionar las contingencias comunes y el absentismo no justificado.
El absentismo laboral ya no es un problema estadístico, ni mucho menos un problema exclusivamente de las empresas: es un lastre real para el crecimiento y el futuro de Canarias.
Si no se actúa con urgencia y de manera coordinada, la pérdida de productividad seguirá erosionando la capacidad de las empresas para generar empleo y riqueza, comprometiendo la competitividad de toda la región.
Los datos son claros. El tiempo de los diagnósticos ha pasado. Es el momento de actuar con responsabilidad.