CANARIAS: NECESITAMOS OTRO MARCO JURÍDICO Y ECONÓMICO DIFERENTE. UN MANIFIESTO PARA EL18 DE MAYO
El próximo 18 de mayo se convoca a la sociedad canaria a expresar su hartazgo, dada la realidad socioeconómica que vivimos que se hace insostenible en el tiempo, con este modelo de crecimiento desbocado y sin límites.
Y razones no faltan para asistir. Hasta resulta obligado.
El modelo económico impuesto en Canarias no ha sido diseñado para mejorar la vida de nuestra gente, sino para sostener los intereses de quienes han convertido el Archipiélago en un territorio de beneficio ajeno.
Canarias sufre un modelo productivo encorsetado en la dependencia del turismo, la especulación inmobiliaria y los bajos salarios.
Mientras las grandes cadenas hoteleras, fondos de inversión y empresas sin arraigo acumulan beneficios, la mayoría social canaria carga con la precariedad, el encarecimiento de la vivienda, la escasez de servicios públicos y el deterioro del territorio.
Esto no ocurre por casualidad. Ocurre porque el marco jurídico y económico que rige Canarias no permite tomar decisiones propias.
La legislación del Estado Español y de la Unión Europea nos ponen límites que impiden, por ejemplo, regular quién puede residir en las islas, limitar la compra de viviendas a foráneos , o proteger el mercado laboral canario priorizando la contratación de nuestra gente, así como cuidar adecuadamente nuestros espacios naturales de la apropiación disfrazada de la transición energética que está resultando depredadora de nuestro escaso suelo.
No se trata de pedir imposibles. Se trata de reconocer que con las reglas actuales no se puede legislar en favor del interés general de Canarias y que es hora de exigir los necesarios cambios jurídicos para Canarias.
Comenzando por el marco plurinacional del Estado Español, reconociendo las excepcionalidades necesarias para Canarias en un contexto de ampliación de competencias y un marco jurídico totalmente diferenciado. Es urgente y necesario.
No podemos estar sujetos a políticas pensadas desde España y para España, ni desde la Unión Europea y para la UE, cuando nuestra realidad es diferente.
Es necesario el cambio de estatus en la Unión Europea que nos pasa factura con sus principios básicos, el Tratado de Funcionamiento, el Derecho Comunitario, el Mercado Único Europeo o la política Aduanera Comunitaria (PAC) pues estando integrados de Pleno Derecho en la UE al amparo del estatus como RUP ( Región Ultraperiférica) quedamos atados y encorsetados para legislar en ámbitos vitales y necesarios para el Archipiélago Canario.
Tampoco se puede seguir perpetuando un sistema político dominado por profesionales del poder, que han hecho carrera viviendo de lo público mientras sostienen redes clientelares a costa del erario.
Por eso, es urgente una Ley que limite el mandato de los cargos públicos.
No se puede seguir permitiendo que los mismos nombres ocupen sillones durante décadas, sin rendir cuentas, sin resultados, y sin voluntad de cambio.
No caben más políticos de carrera viviendo del inmovilismo.
Canarias necesita una regeneración política real. No basta con cambiar caras si el sistema sigue igual.
Quienes han traído a Canarias hasta este punto no pueden ahora postularse como salvadores. Hacerlo sería un fraude.
Tampoco basta con gritar “Ley de Residencia” o “proteger el territorio” sin saber cómo lograrlo.
Si no se tiene un plan jurídico y político realista, lo demás son eslóganes vacíos.
No se puede hablar de proteger la biodiversidad mientras se entregan suelos agrícolas y espacios naturales a macroproyectos energéticos diseñados para abastecer intereses externos.
No se puede decir una cosa y hacer la contraria sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza.
La movilización del 18 de mayo debe servir para algo más que desahogarse. Tiene que marcar un antes y un después.
Pero eso solo será posible si va acompañada de propuestas concretas, de una hoja de ruta clara y de la voluntad de cambiar el marco jurídico y político que hoy impide a Canarias decidir por sí misma.
No hay solución sin presencia en las instituciones.
Desde fuera no se cambian las leyes. Y sin leyes propias, seguiremos atados a decisiones que nos perjudican.
La protesta sin propuesta solo genera frustración. Y la frustración sostenida acaba en resignación y desinterés, un precio elevado que no podemos permitirnos otra vez.
Canarias no puede permitirse más tiempo perdido. Sería un enésimo fracaso seguir en la deriva actual, en manos de las mismas organizaciones de siempre.
El pueblo canario no necesita más ruido ni más campañas de postureo político.
Necesita claridad, firmeza y una dirección honesta y comprometida.
El 18 de mayo es necesario manifestarse. Pero lo es aún más apoyar una alternativa seria, preparada y capaz de hacer lo que otros no han querido, que trabajar por Canarias, no vivir de ella.
Ricardo González Roca Fonteneau