CONGRESOS Y PROMESAS, MIENTRAS NOS AHOGAMOS EN VERTIDOS: LA REALIDAD DEL AGUA EN CANARIAS
Tenerife será sede este mes del XIV Congreso Internacional de Desalación y Reutilización del Agua, un evento que pretende situar a la isla en el centro del debate sobre innovación y sostenibilidad hídrica. Pero desde Liberación Canaria denunciamos que esta cumbre internacional llega tarde, mal y con mucho maquillaje político, mientras la ciudadanía sigue pagando las consecuencias de décadas de abandono, especulación y negligencia institucional.
Porque, ¿de qué sirve hablar de inteligencia artificial, energías limpias o economía circular cuando más del 50% del agua desalada se pierde por fugas en una red de distribución vieja y abandonada? Ese dato, conocido por todas las administraciones, sigue sin traducirse en inversiones reales ni soluciones efectivas. En Canarias, la mitad del agua que se produce con altísimo coste energético ni siquiera llega a su destino. Es agua literalmente tirada, mientras se nos pide a los ciudadanos que “reduzcamos el consumo.
En la provincia de Santa Cruz de Tenerife es innecesaria la instalación de desaladoras, según los estudios y datos presentados por el ingeniero de caminos, quien desarrolló los Planes Hidrológicos de Canarias estando al frente de dichas funciones, Carlos Soler Liceras, quien también dice que habría que estudiar con detenimiento la isla de Gran Canaria.
Desde Liberación Canaria llevamos años advirtiendo que la raíz del problema hídrico en Canarias no es técnica, sino política. Lo que hace falta no es otro congreso, sino depuradoras biológicas y atomizadas, cada núcleo con su depuradora, para que las cotas inferiores la aprovechen.
La depuración industrial es un error que pagamos muy cara, son macro depuradoras, una salvajada que bombean aguas negras, pasando por tuberías que tienen pérdidas, por tanto, huele.
Va siendo hora de decisiones valientes. Se han repartido licencias hoteleras sin control, urbanizando sin garantías mínimas de saneamiento, mientras los vertidos al mar y a barrancos sigue siendo lo habitual. Vertidos al mar de salmuera que matan los fondos marinos, como agua sin depurar que mata la superficie.
Hay agua subterránea en las 4 islas occidentales. En Canarias, apostar por la desalación es apostar por las multinacionales, haciéndonos dependientes y sin necesidad de ello. Acabar con una tradición histórica de la búsqueda de agua subterránea es un error, así como la depuración biológica que no tiene coste energético.
Este congreso puede ser muy relevante en los papeles, pero en la práctica es un escaparate más de la hipocresía institucional. Se traen expertos, se organizan cenas de gala y se presentan soluciones futuristas, mientras seguimos con un presente insostenible.
Desde nuestra organización exigimos:
- Un plan urgente de renovación integral de la red de distribución para evitar las enormes pérdidas de agua.
- La construcción inmediata de plantas depuradoras biológicas.
- La paralización de nuevas licencias urbanísticas donde no exista infraestructura hídrica suficiente.
- Un modelo hídrico canario centrado en el interés público, no en los negocios privados.
Nos parece una burla que se utilice Tenerife como escaparate de una gestión del agua “moderna”, cuando la realidad es que teniendo agua subterránea se ponen desaladoras, no se reparan las pérdidas y seguimos con los vertidos, una irresponsabilidad institucional que debe corregirse.
Liberación Canaria lo dice claro: si no hay voluntad para arreglar lo básico, todo lo demás son fuegos artificiales. Y mientras ellos celebran congresos, nosotros seguimos nadando en aguas poco deseables.
Angélica Calero Armas.