Cuando correr entre obstáculos me salvó de mí mismo
Siempre me he sentido un poco perdido en este mundo de locos. Desde pequeño, la timidez ha sido mi sombra constante. Me cuesta cosas que para otros parecen sencillas: dar la mano a un desconocido, iniciar una conversación, mirar a los ojos sin miedo. Durante mucho tiempo, creí que esa barrera social era algo con lo que tendría que cargar para siempre, un muro invisible que me separaba de los demás y del mundo.
Hasta que un día, por culpa —o gracias— a mi gran amigo Fran Sosa, me inscribí en una Carrera de Obstáculos. En aquel momento, no sabía qué me esperaba. No imaginaba que aquel simple gesto iba a cambiar tanto mi vida. Lo que empezó como un reto físico se convirtió en una experiencia transformadora. Encontré en las OCR algo que creía casi imposible: autoestima, amor propio, y la fuerza para querer superarme cada día. En cada zanja que salté, en cada muro que trepé, en cada momento de duda en el que decidí no rendirme, empecé a recuperar pedazos de mí que creía perdidos para siempre.
He estado al borde de la muerte, y no hablo en sentido figurado. Vivir esa experiencia tan cercana a la muerte me cambió profundamente. Después de eso, no temí morir; temí vivir. Temí enfrentarme a la vida, a sus exigencias, a sus miradas, a mis propios recuerdos y fantasmas. Fue en ese momento de oscuridad cuando las Carreras de Obstáculos me ofrecieron una luz. La sensación de superación, el esfuerzo compartido, el contacto con la naturaleza y el desafío constante hicieron que comenzara a mirar hacia el sol y no hacia la sombra que me había acompañado durante tanto tiempo. Las OCR me enseñaron que no hay obstáculo más alto que el que uno mismo se impone, y que todos podemos encontrar la manera de saltarlo, arrastrarlo o treparlo.
Sé que probablemente nunca me dedicaré profesionalmente a este deporte, pero eso no importa. Mientras tenga fuerzas, seguiré formando parte de esta comunidad, porque el OCR me ha devuelto la vida. En este mundo de barro, muros, sogas y suspensión, he conocido a personas tan diversas como iguales en esencia: auténticos supervivientes. Gente con sus propias heridas, con sus miedos, pero con la voluntad férrea de no rendirse. Nos apoyamos, nos reforzamos, y esa energía se refleja en cada aspecto de nuestras vidas, mucho más allá del circuito o el entrenamiento.
Esta disciplina deportiva es mucho más que ejercicio físico. Es una terapia colectiva, un motor social, un espacio donde florecen la resiliencia, la solidaridad, el compañerismo y la transformación personal. Las Carreras de Obstáculos no solo benefician a los atletas que participan; su impacto positivo se extiende a toda la comunidad. La mejora de la salud física, la fortaleza mental, el impulso de valores como el respeto y la cooperación, y la conexión con nuestro entorno natural son solo algunos de los beneficios que aporta.
En Canarias, el OCR está viviendo una expansión sin precedentes. Cada vez hay más centros que ofrecen esta disciplina, más clubes que fomentan la formación y la competición, y más eventos que congregan a cientos, incluso miles, de participantes y espectadores. Sin embargo, a pesar de este crecimiento y la enorme calidad y cantidad de eventos que se celebran en nuestra comunidad, aún falta un reconocimiento institucional que legitime y apoye esta práctica deportiva como merece.
Es fundamental que el OCR sea reconocido oficialmente en Canarias, para que las bases —los niños, jóvenes, entrenadores y clubes— puedan acceder a los mismos recursos, apoyos y oportunidades que otros deportes más tradicionales, como el fútbol o el baloncesto. Esto permitirá fortalecer la cantera, promover la participación infantil y juvenil, y consolidar un futuro sostenible para este deporte que tanto aporta a nuestra sociedad.
Por eso, hemos lanzado una recogida de firmas en la plataforma Change.org, que busca impulsar el reconocimiento oficial del OCR como disciplina deportiva en Canarias. Te invito a apoyar esta iniciativa y a sumar tu voz a la de muchos que creemos que este deporte merece ser reconocido y respaldado institucionalmente. Puedes firmar aquí:
👉 https://chng.it/q6vmvNRGQB
No firmes por mí. Firma por todos los que un día creyeron que no valían, que no podían, y que gracias a esta disciplina descubrieron que podían volar por encima de cualquier obstáculo, físico o emocional.
Porque detrás de cada corredor hay una historia de lucha, de superación y de esperanza. Y esas historias merecen ser escuchadas, reconocidas y apoyadas.