Dignidad y Justicia pide 65 años para el yihadista que mató a un sacristán en Algeciras

03 de abril 2024/Agencias
Dignidad y Justicia solicita un total de 65 años de cárcel para Yassine Kanjaa, el autor del ataque de tipo yihadista con un machete de grandes dimensiones en dos iglesias de Algeciras, el 25 de enero de 2023, que acabó con la vida del sacristán Diego Valencia.

La asociación que preside Daniel Portero, una de las acusaciones populares en esta causa, es la que mayor pena reclama para el autor de este atentado, frente a los 58 años de prisión que pide para él la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y los 50 que solicita la Fiscalía.

En su escrito de acusación, Dignidad y Justicia le pide en concreto 30 años de cárcel por el asesinato terrorista del sacristán, otros 20 por el intento de asesinato del sacerdote Antonio Sánchez Lucena, al que hirió gravemente, y 15 años por las lesiones causadas a un hombre que se cruzó en el camino del acusado y al que agredió por considerarle un «musulmán converso».

Además pide que se le imponga la prohibición de aproximarse a los familiares de sus víctimas y de acudir a Algeciras durante 10 años, una vez cumplidas las penas de prisión.

En concepto de responsabilidad civil, también reclama que indemnice a los herederos del sacristán con 150.000 euros a cada uno, con 17.000 por las lesiones sufridas a los del sacerdote (fallecido en octubre, meses después del atentado), y con 3.700 al herido.

Al igual que el resto de las acusaciones, Dignidad y Justicia contempla la situación médica del acusado, que se encuentra ingresado en un centro psiquiátrico penitenciario de forma preventiva, y considera que concurre la atenuante de anomalía o alteración psíquica.

Pese al cuadro psicótico que presentaba cuando se produjeron los hechos, la asociación, como la AVT y la Fiscalía, entiende que sus capacidades volitivas e intelectivas no estaban «totalmente anuladas».

De este modo sostiene que tras un proceso de radicalización, «eligió los lugares de su acción, dos templos de la iglesia católica, y agredió a Antonio Sánchez Lucena y Diego Valencia Pérez, sacerdote y sacristán en estas dos iglesias, con la intención de ocasionarles la muerte, con la finalidad de aterrorizar a los cristianos».

Se trata, señala en su escrito, de unos hechos similares a los ocurridos en la iglesia Notre Dame de Niza (Francia), el 29 de marzo de 2020, donde un inmigrante de 21 años asesinó con un cuchillo a tres personas en el interior de la basílica; y con los que tuvieron lugar el 26 de julio de 2016 en iglesia de Saint Étienne de Rouvray (Francia) donde un sacerdote fue degollado durante la celebración de misa.

Los hechos se produjeron el 25 de enero de 2023, cuando tras un altercado en la iglesia de San Isidro de Algeciras, el acusado fue al domicilio en el que vivía para coger un machete de grandes dimensiones y regresar con él al templo.

En la calle Cristóbal Colón se cruzó con Ahmed Lazim y, tras acusarle de ir en contra de su religión, le golpeó y le mostró el machete que llevaba bajo la chilaba de color negro que vestía.

Después Kanjaa entró en la iglesia de San Isidro blandiendo el machete y se dirigió al altar.

Antonio Rodríguez, el sacerdote que oficiaba la misa, intentó salir por el pasillo central y en ese momento le golpeó con fuerza con el machete en la nuca, lo que le hizo caer al suelo.

Después de atacar al sacerdote, se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, en la Plaza Alta, y entró en el patio, donde se encontraba el sacristán Diego Valencia.

El acusado comenzó a golpearle con el machete hasta que el sacristán logró huir y el acusado le persiguió hasta que llegaron a la Plaza Alta y el sacristán cayó al suelo, momento en el que le propinó dos golpes fuertes con el machete en el cuello y en la cabeza, que le causaron la muerte.

Poco después, y tras intentar entrar sin éxito en el Santuario Nuestra Señora de Europa, el atacante fue detenido por agentes de la Policía Local.