Editorial. El fatídico 23 F

Parece ser que la fecha del 23 F va a ser significativa en la historia del Estado Español. Hoy declara de nuevo Urdangarin en los Juzgados de Palma en un caso que enquista la política y la Corona del país.

El 23 F será recordado por muchos por  el golpe de Estado llevado a cabo hace ya muchos años, concretamente el 23 de febrero de 1981.

Parece que fue ayer cuando el Teniente Coronel Tejero, convencido de que iba a cambiar los destinos de España, entraba en el Congreso de los Diputados pistola en mano junto a un grupo de guardias civiles convencidos… al grito de… «¡Quieto todo el mundo, se sienten coño, que no se mueva nadie…!», conminando de esa manera a todo el hemiciclo a someterse por la fuerza a un cambio de rumbo nacional, en un claro intento de involución a la joven democracia española. Sus padrinos el General Armada, cercano al Rey D. Juan Carlos y el General Jaime Milans del Bosch en Valencia.

Se había puesto en marcha la Operación Galaxia gestada años antes (1977), en sucesivas reuniones clandestinas por integrantes destacados de las fuerzas armadas. Por supuesto hubo bastantes indecisos, entre ellos González del Yerro en nuestra tierra canaria. La inactividad de aquellos, que en principio debían secundar el golpe en todo el país, fue lo que provocó que se abortara la rebelión militar, dejando en paños menores a Tejero y Milans del Bosch, totalmente desprotegidos y al pié de los caballos.

El General Armada, dicen que máximo responsable del golpe de Estado, cercano a la casa del Rey, navegando en aguas turbulentas, fue el negociador con la Corona de una posible nueva situación política, viviendo momentos que la mayoría querían olvidar.

El Rey después de dos horas largas de angustia y estupor ciudadano. con cientos de personas escapando por la frontera francesa, salió a la palestra tranquilizando a los españoles. Sobre este tema hay muchos criterios, unos dicen que el Rey tardó mucho en salir a los medios, y a  los más osados y críticos  les rondaba una idea maquiavélica por la cabeza . Todo quedó ahí, no sin antes recibir una tarascada el Teniente General Gutiérrez Mellado por parte del imprevisible Teniente Coronel Tejero.

Qué casualidad que esa triste conmemoración vaya ligada de nuevo a la Casa del Rey con uno de sus miembros sentado en el banquillo de los acusados por haber «distraído presuntamente» unos milloncejos de euros de los ciudadanos.

Se han vertido ríos de tinta sobre la situación de la Corona y esencialmente sobre el Duque de Palma, la Infanta Cristina y dicen las malas lenguas «presuntamente» con los favores de su mismísima Majestad D. Juan Carlos. A todo esto en un claro deterioro físico del… en otro tiempo musculoso y buen mozo jugador de balonmano Iñaki.

No nos atrevemos a asegurar que ocurrirá al final, y si la mano voluntariosa, ágil y diligente de D. Iñaki arrastrará también, al menos a la Infanta, todo da a entender que no será así, aunque la presión popular y mediática es cada vez mayor.

Los «antimonárquicos» se frotan las manos viendo una posibilidad única de tumbar la monarquía, mientas que los mas moderados y comedidos piden a voz en grito una abdicación hacia el Príncipe Felipe como mal menor. Lo cierto es que entre Barcenas y Urdangarin la han armado gorda, dando una imagen exterior de país tercermundista y poco controlado, donde el más listo hace «encaje de bolillos».

El Rey por su parte pensará…. ¡Maldito 23 F, mejor hubiese sido que en vez de 28 días, febrero hubiese tenido 22..!