Editorial: ¿Engaño,triunfalismo o intereses?. Olimpiada 2020

8 de septiembre

¿Alguien pensaba en serio que Madrid iba a ganar las olimpiadas?

¿Que había detrás de ese triunfalismo quijotesco?

Una vez pasado el mal trago donde internacionalmente nos colocaron en nuestro sitio, las especulaciones sobre que pudo ocurrir y quien conscientemente nos vendió una moto Harley Davidson, cuando solo era un ciclomotor para andar por casa, solo lo saben ellos. Habrá que preguntarse que intereses de todo tipo había detrás de esa parafernalia entusiasta que solo llevó a muchos españoles a creérselo y como consecuencia de ello a la gran desilusión  y a  llorar desconsoladamente con el varapalo que nos metieron.

Se nos ocurren varias ideas, la distracción durante un tiempo de los verdaderos problemas económicos que nos acechan, y que siguen actuando como espada de Damocles sobre el país.  La atracción de votos hacia el partido organizador demostrando un  esfuerzo inútil, pero vitoreado por todos aquellos que creían en esa posibilidad, o quizás un intento de demostrar que España estaba unida, sea cual fuere la procedencia del ciudadano que apoyaba la candidatura de Madrid.

A todo ello y por aquello de «vender la piel del oso antes de cazarlo», algunos insignes políticos traspolaron y repartieron los hipotéticos beneficios de unas ilusas olimpiadas entre sus amigos más cercanos. Es curioso ver como las ciudades más beneficiadas de los juegos de 2020 eran Valencia, Valladolid y alguna mas que se me escapa, territorios afines o gobernados por el PP, y que no nos digan que las aguas y el entorno de Valencia, son mejores que los de Canarias, por ejemplo, que una vez más nos demuestra el olvido consciente hacia nuestras islas.

Los gastos de representación con decenas y decenas de invitados al acto bonaerense viviendo a cuerpo de Rey (también fue el Príncipe), lo pagamos todos los españoles con nuestros impuestos y no digamos la promoción que se viene haciendo desde hace ya muchos meses, mientras hay millones de ciudadanitos españoles que apenas les llega el dinero a final de mes.

¡Esto es un disparate y un disloque..!

¿Pero de verdad alguien pensaba que podíamos ganar a Tokio? ¿Estamos locos?

Cuando se acercaba el momento de la votación, los listos de turno, aquellos que nos llevaron a este disparate, ya filtraban el hecho de que lo teníamos muy difícil. Todo como se ve muy bien programado.

El pueblo mientras, los crédulos lloraban desconsoladamente «ante tanta tragedia nacional».