Editorial: ¡Por fin se salvaron… pobrecitos!

La troika llega de nuevo para dar fe de que nuestra «querida y amada banca», ya no necesita  ningún rescate. Sanearon suficientemente sus cuentas a costa de mucha miseria que dejaron por el camino. Los gobernantes y las instituciones prefirieron rescatar a los poderosos bancos en detrimento de terminar con el  hambre de millones de españoles. ¡Ole sus narices!.

Ya estamos todos contentos, por fin nuestros bancos se resarcen de tanta desgracia acumulada y pueden seguir llenando sus arcas, con sueldos millonarios para sus ricos dirigentes, y por supuesto la influencia necesaria y el poder real  para evitar que vuelva a ocurrir, y si así fuera, no pasa nada, nuevo rescate, nueva inyección de dividendos y a a otra cosa mariposa.

Nuestros  bancos, siempre elitistas se frotan las manos después del calvario económico por el han pasado,  por aquello de que después de la tormenta escampa, mientas que para millones de españolitos la lluvia impertinente no acaba de terminar, calándonos hasta los huesos y cogiendo resfriados que ya son  crónicos.

¡Ahí están..  ahí están riendo por lo bajini y pavoneándose de la buena suerte que les acompaña!.. Los bancos «impopulares» ya hicieron su agosto, sin poner un euro, con aportaciones multimillonarias de otros, en beneficio de ellos, mientras…, y repetimos hasta la saciedad, la mayoría tiene enormes dificultades para que los rescaten, al menos con 420 euros mensuales.

Para los bancos y banqueros la troika son como los americanos en épocas ya lejanas donde «El bienvenido Mr. Marshall», encandilaba a todo el país.

Se acercan las navidades, unas navidades que ya no serán como las de antaño, donde despilfarrábamos lo poco que teníamos, porque sabíamos con certeza que en enero volvíamos obtener algunos ingresos, que nos permitían subir con dignidad la terrible cuesta del susodicho mes.

En esta ocasión  solo ellos y algunos añadidos, comerán bien, gastaran mucho, viajaran a todo trapo y dormirán a pata suelta.

Pobrecitos.. se lo merecen… ¡Lo han pasado tan mal…!