El Gobierno y sus socios acogen con reservas el acuerdo arancelario entre la UE y EE.UU.

El Gobierno y sus socios acogen con reservas el acuerdo arancelario entre la UE y EE.UU.

29 de julio 2025/Agencias
El Gobierno español y sus socios han acogido el acuerdo arancelario entre la Unión Europea y Estados Unidos con ciertas reservas: el presidente, Pedro Sánchez, lo ha respaldado aunque «sin ningún entusiasmo» y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, lo ha calificado de «magnífico error».

En una comparecencia en La Moncloa este lunes para hacer balance del curso político, Sánchez ha valorado el «esfuerzo» realizado por la Comisión Europea y la «actitud constructiva y negociadora» de su presidenta, Ursula von der Leyen, pero ha dejado claro que respalda el acuerdo «sin ningún entusiasmo».

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha destacado que dicho pacto evita una escalada arancelaria que «sería negativa para todos» y el ministro de Transportes, Óscar Puente, confía en que sea el principio de una relación estable y dé un horizonte de estabilidad.

Diferente opinión la de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien ha calificado de «magnífico error» el pacto y ha acusado a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, de «entregar» Europa a Estados Unidos.

La líder de Sumar en el Gobierno, en declaraciones a los medios, ha lamentado que con los compromisos adquiridos en el acuerdo se «agudiza» la dependencia energética y no se apuesta por un «proyecto europeo propio».

Estas reacciones se producen un día después de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, y Von der Leyen anunciaran un acuerdo arancelario que fija un gravamen del 15 % a las importaciones de una gran mayoría de productos europeos, incluidos los automóviles, los productos farmacéuticos y los semiconductores.

El portavoz de Podemos, Pablo Fernández, lo ha calificado de «absoluta vergüenza» y ha alertado de que «sigue la senda y el camino del rearme», mientras que la eurodiputada y exministra Irene Montero, ha dicho, a través de redes sociales, que el acuerdo «es un gran robo».

Por su parte, el portavoz de Vox, José Antonio Fúster, ha considerado que es más beneficioso para Estados Unidos que para la Unión Europea, una institución que en su opinión ha llegado tarde a la negociación y con un «peso enorme a las espaldas» por la «carrera alocada» de los políticos europeos por ver quién insultaba más a Donald Trump.

Un «respiro» para las empresas
La Cámara de Comercio de Estados Unidos en España (AmChamSpain) considera que el acuerdo supone «un respiro» para las empresas y «una desescalada muy necesaria» en la disputa comercial en curso, además de que «aporta mayor certidumbre para las compañías de ambos lados del Atlántico».

No obstante, reconoce que un arancel del 15 % representa «un aumento considerable en los costes» para muchos sectores y por ello considera que se deberían ampliar el número de sectores incluidos en la lista de arancel cero del acuerdo, con el objetivo último de establecer una auténtica zona de libre comercio entre ambas partes.

También ha manifestado su opinión sobre el pacto el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, quien ha afirmado que su impacto será «relativamente moderado» para España, ya que sus exportaciones a Estados Unidos son las más bajas de Europa, del 5 %, y será la economía estadounidense la que más sufra.

CCOO considera el acuerdo arancelario un «fracaso sin paliativos» de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y una «capitulación» ante las presiones estadounidenses.

En un comunicado, el sindicato ha calificado de «humillante» el pacto, ya que crea un desequilibrio y reduce la soberanía comercial, lo que afectará a los trabajadores europeos, además de que contradice los objetivos de transición ecológica por el compromiso de compra de combustibles fósiles estadounidenses.

Por su parte, UGT cree que este pacto «supone una cesión preocupante de soberanía económica e industrial» a Estados Unidos e insiste en que «no puede ser aceptado sin una reflexión profunda sobre el rumbo que debe tomar la Unión Europea», al tiempo que lamenta que se haya cerrado «sin una participación efectiva de los interlocutores sociales, ni una evaluación pública de su impacto económico y social».

Más optimistas se han mostrado desde el Club de Exportadores e Inversores, que ha valorado el acuerdo ya que, aunque supone un sobrecoste para las exportaciones, «evita un escenario más perjudicial vinculado a la amenaza inicial de un arancel del 30 %» e insta a reforzar la capacidad de adaptación y diversificación de mercados de las empresas.