El Tribunal de Cuentas pide al BSC que limite su dependencia de la Politécnica de Cataluña

02 de marzo 2024/Agencias
El Tribunal de Cuentas ha recomendado al Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) que modifique su convenio de creación y sus estatutos para acomodarlo a la «realidad» de su actividad y para limitar su dependencia de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

El BSC-CNS -un centro de investigación puntero en España- se encarga de gestionar el MareNostrum, uno de los superordenadores más potentes de Europa.

Desde 2005, la gestión del centro está en manos de un consorcio público, formado por la Administración General del Estado (60%), la Generalitat de Cataluña (30 %) y la Universitat Politècnica de Catalunya (10%).

Tras fiscalizar las cuentas del centro de supercomputación entre 2015 y 2021, el Tribunal ha emitido este viernes un informe en el que afirma que, pese a la creciente relevancia económica y tecnológica del centro de I+D, el consorcio tiene dificultades para controlar la eficacia, eficiencia y economía del centro.

Según el Tribunal, el consorcio carece de instrumentos de planificación estratégica y de determinación de objetivos, y de un sistema de seguimiento de los resultados que le permita evaluar el funcionamiento del centro globalmente.

Además, el informe recuerda que, en 2005, cuando oficialmente nació el BSC, el convenio de creación del consorcio que lo gestionaría no contemplaba la gestión de proyectos de investigación ni la prestación de servicios que hoy en día supone el 83% de la actividad del centro de I+D.

De 4 millones de euros en 2005 destinados a la investigación se ha pasado a casi 150 millones en 2022, apunta el informe.

El informe añade que el BSC está gestionado con una importante autonomía por sus órganos de dirección, mientras que la Administración General del Estado y la Generalitat de Catalunya tienen un control «limitado» sobre las decisiones estratégicas y operativas imprescindibles para la organizar y planifica los recursos personales y materiales del centro.

Por este motivo, afirma que «es deseable que el Consejo Rector del BSC-CNS, asuma el ejercicio de competencias de dirección, de tal forma que el BSC mantenga una independencia funcional de la UPC».

Además, las aportaciones de la Universitat Politècnica de Catalunya no son monetarias, sino que se hacen mediante la cesión de uso de espacios y de personal, algo que, según el Tribunal de Cuentas, no es compatible con una institución estatal como es el BSC-CNS.

Finalmente, el Tribunal de Cuentas insta al BSC-CNS a corregir su alta tasa de personal temporal y a cumplir con la normativa de igualdad, ya que las mujeres solo representan el 26 % de la plantilla del centro y entre el 8 y el 20% de los puestos de responsabilidad.

No obstante, el Tribunal de Cuentas cree que el consorcio alcanza «un alto grado de éxito» en la obtención de infraestructuras y de tecnología en los supercomputadores más avanzados en cada momento y en la consecución de la mayor financiación posible para la gestión de proyectos de investigación.