ENTREVISTA A PACO ROCA
PACO ROCA, Premio Nacional del Cómic:
“Me parece bien que mantengan el monumento a Franco en Santa Cruz, pero sólo si se explica que bajo su dictadura murieron personas”
“España es un país con amnesia todo se debate, los investigadores no sirven para nada, y cualquiera tiene una opinión válida”
“Pese a los premios, tengo la sensación de que aún estoy más cerca del principio de mi carrera que del final”
Noé Ramón
El dibujante valenciano Paco Roca ha consolidado su posición como el autor de comics más leído de España, tras la publicación en 2023, junto con el periodista Rodrigo Terrasa, de su obra El Abismo del Olvido, más que un cómic un reportaje sobre los represaliados de la Guerra Civil. Tanto el álbum que ha sido un absoluto record de ventas, como su carrera, han recibido multitud de premios y reconocimientos, los últimos hace escasas semanas en el Salón del Cómic de Roma y en el de Barcelona. Pero él prefiere seguir adelante sin presiones y ya casi tiene muy avanzada su nueva obra, en la que abordará por primera vez el amor desde un punto de vista romántico. En paralelo trabaja en una exposición en Madrid igualmente sobre Memoria Histórica, aunque deja claro que se trata de una cuestión en la que no quiere encasillarse. El autor relata en sus propias palabras lo ocurrido desde que El Abismo del Olvido vio la luz a finales de 2023.
-La verdad es que todo ha sido una sorpresa en muchos sentidos, tanto para Rodrigo como para mí. La historia, a priori no parecía ser comercial pero ya llevamos más de 80.000 ejemplares vendidos en España y además se ha traducido y publicado en diferentes países. Con todo eso te das cuenta de que, en contra de lo que muchas veces se escucha, asegurando que estas son cuestiones ideológicas o revanchistas que no interesan a nadie, pues no es así. Hay una buena parte de la población a la que sí le interesan estas historias. Imagino que si además son obras emotivas, están bien contadas y aportan algo nuevo, funcionan. Aún así, todo ha sido una sorpresa para nosotros, no pensábamos que fuera tan bien recibido.
-¿Crees que parte del éxito del cómic se ha debido a abordar la Memoria, por la carga polémica que tiene?
-Hay muchos factores. Primero, el funcionamiento como artefacto narrativo en sí, más allá de la reflexión que haga. Si no funciona da igual que luego sea una gran investigación o cualquier otra cosa. Creo que debe ser sobre todo una obra que te apetezca leer y que te emocione. Y luego viene el segundo plano que es intentar que contenga una reflexión sobre algo interesante y que llegue al lector. En ese sentido la verdad es que Rodrigo y yo buscamos el equilibrio. Por un lado queríamos que fuera un cómic de investigación a la altura de un ensayo, un libro, un gran reportaje, o cualquier otra publicación que se hiciera sobre las exhumaciones. Pero por otro, teníamos claro que debía funcionar en el plano emocional y era importante recoger esos testimonios y contarlos de una forma narrativa que pudiese conectar con la empatía de los lectores.
-Parece que el concepto de la Ley de Memoria cambió mientras hacían el cómic.
-No sé si puedo decir que nos ha sorprendido, pero sí es verdad que hacer esta historia nos llevó mucho tiempo y por eso al principio en la Comunidad valenciana y en otras más, había gobiernos progresistas que apostaban por la Ley y las exhumaciones. Parecía que estábamos frente a un discurso que ya se encontraba totalmente aceptado. Pero resulta que cuando acabamos el cómic habían cambiado el signo de esos gobiernos en muchos lugares, en particular en la Comunidad de Valencia, y los partidos de derecha y ultraderecha llegaron a acuerdos en los que entre sus prioridades estaba derogar las leyes de Memoria. Para ello recurrían a argumentos que más bien parecía que buscaban blanquear la dictadura, que ahora comenzaban a llamar “Régimen”, y a hablar de una malentendida concordia que en el fondo lo que quiere decir es que sigue habiendo vencedores vencidos, y los vencidos deben olvidar todo y no pueden reclamar ni justicia ni nada parecido. Así que de pronto se acabaron las ayudas a la exhumación y la historia que estábamos tratando, pensamos que se iba a quedar ya un poco fuera de época, pero la realidad es que ocurrió lo contrario, estaba más de actualidad que nunca. Así que todo ha sido una sorpresa en los dos sentidos.
-¿En los próximos trabajos piensas seguir en esa misma línea?
-Es una cuestión que me interesa, no de forma consciente ni porque me lo plantee. Simplemente, cuando encuentras una historia que me parece atractiva y que me aporta algo, la trato, pero la Memoria Histórica no es primordial para mí. Lo malo de vivir en un país con amnesia con respecto a esa época, tiene de negativo que que todo está politizado, todo se discute. Parece que investigadores e historiadores no sirven para nada, cualquiera puede tener una opinión que además es válida. Pero como autor te encuentras con historias, que por ese mismo olvido, no se han contado. Hacerlo me parece interesante, aunque no me lo planteo como una misión.
-No sé si conoces la polémica que hay en Santa Cruz de Tenerife por un monumento a Franco y sobre si debe mantenerse o no. Supongo que lo habrás visto cuando has estado en la Isla.
-En primer lugar, hay una ley de Memoria aprobada por todos, que prohíbe este tipo de monumentos y por lo tanto no debería haber ninguna duda al respecto. Es verdad que existen países en los que se ha elegido convivir con el pasado, digamos dictatorial, o con personajes que han llevado la desgracia a sus ciudadanos, pero contextualizando lo ocurrido. Si tu dejas una estatua de Franco y pones una placa en la que se diga claramente que fue un dictador que gobernó de tal a tal año y que bajo su dictadura murieron tantas personas y que ocurrió esto y lo otro, no veo ningún problema en que se quede. Pero eso sí, siempre que se contextualice. Lo que no puede ser es que tengas una estatua de un dictador en una ciudad, al mismo nivel que la de otros personajes que no tienen las manos manchadas de sangre y de crueldad. Creo que o lo quitas o lo dejas, pero siempre contextualizando quién fue y lo que hizo.
-¿Te parece bien que declaren Bien de Interés Cultural el monumento?
-Si ponen una placa diciendo quién fue en realidad Franco, me parece genial. Pero no me vale tan solo poner su fecha de nacimiento y cuando murió, porque eso sería blanquear la dictadura. Vale que pueda tener valor artístico y lo que sea, pero debes situar al personaje en su contexto y explicar lo que hizo.
-Hace algunos meses la Fundación Canaria Cine + Cómic organizó en La Laguna una exposición de El Abismo del Olvido, con tus dibujos originales, que fue inaugurada por el ministro de Memoria Histórica, Ángel Víctor Torres y el presidente de Canarias, Fernando Clavijo. Asistió muchísima gente…
-Sí, incluso también estuvo Teresa Campos, la hija de Miguel Campos, uno de los desaparecidos y eso me hizo muchísima ilusión. La verdad es que fue una exposición muy bonita. Siempre me motiva participar en proyectos que tengan relación con Canarias y Tenerife.
-De los premios que has recibido en este año ¿cuál te emocionado más?
-Hemos recibido premios de todo tipo, tanto dentro como fuera de España. Hace un par de semanas nos dieron el de mejor obra extranjera en el festival de cómics de Roma. Me hizo ver un poco más allá y darme cuenta de que no solo en España sigue siendo una cuestión que genera interés, sino que, como historia para un público ajeno, El Abismo también funciona.
-El Salón de Barcelona acaba de premiarte por toda tu carrera.
-Sí y me hizo muchísima ilusión precisamente porque es un reconocimiento a todo mi trabajo. Es un premio soñado, sobre todo si ves la cantidad de grandes autores y autoras que lo han recibido, referencias en el mundo del cómic. La mayoría de ellos son gente a la que admiro y siempre he intentado seguir su camino. Pero también me da un poco de vértigo porque siempre pienso que estoy empezando, que estoy más cerca de los inicios que del final de mi carrera. Aún sigo aprendiendo sobre lenguaje y dibujo.
-¿Estos reconocimientos te hacen sentir presión al de enfrentarte a tu próximo proyecto?
-No, la verdad es que no. No siento presión alguna. Me hace mucha ilusión cuando recibo un premio, pero enseguida sigo con mi trabajo y me olvido. No se puede crear bien con esa presión encima, porque o te vuelves temeroso de perder lo que tienes, te llenas de dudas, y te conviertes en una persona insegura o todo lo contrario, crees que lo mereces todo y que cualquier cosa que hagas va a funcionar porque sí. Estoy super agradecido cuando premian o reconocen mi trabajo, pero luego debes olvidarlo y volver a enfrentarte a la página en blanco.
-¿Ya sabes cuál va a ser tu nuevo cómic?
-Sí. Estoy trabajando en él y dibujando las páginas definitivas, aunque todavía me queda bastante. Es una historia digamos que romántica, por calificarla de alguna manera. Es un género que no había tocado directamente. Sí había hablado de relaciones de pareja y demás, pero en que trabajo ahora el centro del argumento es el amor y el desamor. En total serán unas 180 páginas más o menos, y calculo que lo acabaré a finales de año o principios del próximo porque ahora tengo que parar. Estoy metido en una exposición para el Instituto Cervantes que se inaugurará en Madrid, en la Gran Vía, el 5 de junio, sobre la Memoria y los cómics que he hecho en relación con esa temática, pero con mucho material nuevo. Es una exposición bastante ambiciosa y por eso he tenido que parar de dibujar durante un tiempo.
-¿Te gustó la adaptación al cine que se hizo de tu cómic La Casa?
-La verdad es que estuvo muy bien. Era una historia complicada, porque va más de emociones que de acción cinematográfica, y parecía muy difícil mantener el interés del público. Al principio, yo no tenía mucha confianza en el proyecto o más bien digamos que tenía miedo de lo que podría hacer Álex Montoya. Pero me ha gustado mucho y creo que ha sido una gran adaptación y una gran película. La gente que no conozca el cómic verá una obra que te emociona y los que lo hayan leído, comprobarán como el espíritu del cómic ha quedado totalmente plasmado. De hecho, Álex decidió rodar en la casa donde de verdad transcurre la historia y que ahora es mía, con lo que es totalmente fiel al relato, incluso en eso.
-Tú resides en Valencia ¿Cómo viviste la tragedia de la riada?
-Ha sido un gran drama. Yo vivo en la parte de la ciudad que se vio más afectada, pero tuve mucha suerte y a mí no me pasó nada en absoluto. Pero, claro, todos conocemos amigos que no fueron tan afortunados y hemos visto el sufrimiento de muchísima gente, incluso conozco a personas que murieron, o que han perdido su casa o su negocio. Es un drama terrible del que tardaremos mucho en recuperarnos. Hace algún tiempo que no voy por Valencia, pero los amigos me dicen que todavía no se ha vuelto a la normalidad. Y ya ha pasado más de medio año. Ha sido un drama a una escala increíble. Está claro que en la vida hay cosas, como la fuerza de la naturaleza, que se nos escapan. Pero también es verdad que los gestores deben velar porque todo se coordine lo mejor posible, sabiendo que nunca podemos estar seguros de nada al cien por cien. Pero es necesario que los responsables cuiden de nosotros y procuren evitar que nos ocurra nada. En la Comunidad valenciana las inundaciones suelen producirse casi todos los años, pero no a esta escala. No es normal el grado de devastación y de muertes que ha habido esta vez. Si han fallecido más de 200 personas, entonces es que algo se ha hecho muy mal. Y luego oyes a los políticos echarse la culpa unos a otros y poner excusas continuas como las del presidente Mazón que cada día sale con algo nuevo. demostrando que su equipo ha sido un desastre. Fue una catástrofe que seguramente no podía haberse evitado del todo, pero con una mejor gestión se hubiesen salvado muchas vidas.