España resiste al deterioro de la libertad de prensa mundial y logra su mejor nota
02 de mayo 2025/Agencias
España resiste al grave deterioro que sufre la libertad de prensa en todo el mundo, según se vislumbra en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), en la que escala del puesto 30 al 23, su mejor resultado en la historia del ránking.
Este avance en siete puestos se debe a la mejora en varios indicadores que conforman esta clasificación de 180 países: el político, sociocultural y de seguridad de los periodistas, que hacen que España se sitúe en el 15 % de los países del mundo con mejores condiciones para el ejercicio del periodismo.
Pero ese avance también se explica, según el informe anual de RSF, que se presenta en la jornada anterior al Día Internacional de la Libertad de Prensa, por ese declive del escenario mundial desde hace años y que en 2025 «coloca, por primera vez, a la mayoría de países del planeta en una situación difícil».
RSF elabora su lista teniendo en cuenta cinco indicadores que miden la salud de la libertad de prensa: indicador político, económico, marco legal, contexto sociocultural y seguridad de los periodistas.
España ha subido en el indicador del clima político en 3,5 puntos lo que le ha permitido ascender cinco puestos en este índice (del 31 al 26), una mejora que RSF explica por la menor tensión de los profesionales de la información en 2024 respecto a 2023, cuando se registraron tres citas electorales y numerosas manifestaciones, factores de riesgo para la libertad de información.
Menos coberturas de manifestaciones y de eventos políticos tensos que han hecho que se haya avanzado en el indicador que mide la seguridad de los periodistas: ha subido en 1,4 puntos, y España corre del puesto 33 al 28.
Las agresiones a las reporteras y reporteros bajan y las presiones legales y judiciales siguen siendo, según RSF, «una vulneración al alza». RSF denuncia «las demandas abusivas contra periodistas, conocidas como SLAPP (Strategic Lawsuits Against Public Participation)», una herramienta -dice- de intimidación y presión insidiosa, que el ámbito político y judicial suele aplicar».
El indicador sociocultural pasa del puesto 30 al 20 y sitúa a España entre los veinte mejores del mundo para ejercer el periodismo por las escasas presiones de género, etnia, clase o religión que suelen sufrir los periodistas en España y por la práctica ausencia de temas tabú en las coberturas.
Mientras, el indicador económico, aunque sube algo más de un punto, sobre todo por el abrupto descenso de otros países, continúa sigue siendo el peor valor cualificado.
Por eso, Edith Rodríguez Cachera, vicepresidenta de RSF España, advierte de la situación de «precariedad cronificada intolerable» que vive la profesión y entiende que «es hora que el sector entienda que generar información de calidad y dispensar a los periodistas garantías laborales es la única salida a la crisis de modelo que vivimos»
El indicador sobre el contexto legal en el que se ejerce el periodismo también baja tres puestos, del 14 al 17, por «la eterna demora» -subraya- en la derogación de los artículos más polémicos de la ley mordaza y de los llamados ‘delitos de opinión’.
También desciende, según apunta, por el cambio de mayorías parlamentarias decretado por el Gobierno para reformar la elección de la presidencia y el consejo de administración de RTVE.