Fundación Canaria Cine + Cómics entrevista al autor gallego, Manel Cráneo por la reciente publicación de su novela gráfica, Nuestra Ceniza.

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27 de julio 2025

MANEL CRÁNEO, historietista: 

 

“Llevaba veinte años publicando solo en Galicia así que Nuestra Ceniza me parece un estupendo regreso al mercado español”

 

“Contar con Xavier, el autor del libro permitió un intercambio brutal de información durante los siete años que ha durado el trabajo”

 

“De pequeños vivimos en Galicia una marginación de lenguas que hoy son cooficiales pero que entonces estaban muy mal vistas y eran perseguidas”

 

“El nuevo Salón del Cómic girará sobre la relación de la música y los tebeos y haremos homenajes a Castelao y a Quino

 

Noé Ramón

 

Son días doblemente ajetreados para el historietista gallego, Manuel Pena Villar, Manel Cráneo quien hace muy poco publicó la edición en castellano de la novela gráfica, Nuestra Ceniza, de Xavier Alcalá, adaptación de una de las principales obras literarias de las letras gallegas. Durante las últimas fechas juntos han emprendido una gira que les ha llevado por casi medio centenar de lugares de la geografía gallega presentando el cómic. Pero además el próximo 11 de agosto tiene lugar la nueva edición del Salón Internacional del Cómic Viñetas desde O Atlántico, segunda que el dibujante ha aceptado dirigir y que incluye importantes novedades. Tanto jaleo y estrés no le impiden tener la amabilidad de repetir la entrevista que hicimos por teléfono después de que la primera saliera mal debido a un fallo con el móvil. 

 

-¿Cómo han sido estos días desde que hace pocas semanas publicó Nuestra Ceniza en castellano después de haberlo hecho un año antes en gallego?

 

-La recepción está siendo muy buena, estoy muy contento con los comentarios que van apareciendo por internet y además veo que hay bastante gente que la está comprando porque, claro, les gusta. La anterior se llamaba Cinza era en gallego, la saqué con mi sello Demo Editorial y ya vamos por la tercera edición. Hemos vendido 1.500 ejemplares en menos de un año, lo que es una cifra considerable y más para Galicia. Ahora espero que el salto al mercado español nos traiga también buenas noticias. En principio los editores de La Cúpula están contentos con el libro en castellano que además es una edición económicamente más accesible que la hecha en gallego, más lujosa, con tapa dura, un formato mayor y que por lo tanto era más cara. La diferencia de precio entre ambas es de unos diez euros y también que la portada de la edición española es distinta, está gustando mucho y creo que será un buen reclamo para vender el libro. 

 

-Además hacía mucho tiempo sin publicar en el mercado español.

 

-Lo último que había sacado fue una novela gráfica en 2005, creo. Así que llevaba veinte años publicando sólo en Galicia y Nuestra Ceniza me parece una estupenda vuelta al mercado español. En este tiempo la verdad es que me centré mucho en publicar en Galicia con mi propio sello y en lengua gallega pero también digo que si no me he movido más en el mercado español es porque vendía lo mismo aquí, o incluso más. Me he sentido totalmente cómodo trabajando en mi tierra pero vamos, que ahora estoy muy contento de sacar esta novela gráfica y además hacerlo con La Cúpula, un sello cuya línea editorial siempre me ha gustado mucho así que estoy emocionado con esta aventura. Espero que a partir de ahora todo sean buenas noticias.

 

-Por lo que sé ha mantenido una relación muy estrecha con el autor de la novela, el escritor Xavier Alcalá.

 

-Normalmente la gente que adapta obras literarias a novelas gráficas no llega a conocer a los autores porque ya han fallecido. Suelen ser clásicos universales o no tan clásicos pero no es habitual tener acceso directo a ellos. A no ser que invoques su espíritu haciendo ouija, ir al cementerio y poner algunas velas delante de sus tumbas… Es decir, no hay forma de crear ese diálogo que yo sí he tenido la suerte de mantener con el autor de un clásico de la literatura gallega que ya ha vendido más de cien mil ejemplares y ahora incluso se acaba de volver a reeditar. Ha sido impagable poder trabajar mano a mano con Xavier, lo que me ha permitido hacerle muchas preguntas sobre lo que me suscitaba interés o de cosas que estaban en el libro pero no se contaban de forma explícita. Me siento afortunado de haber tenido a alguien al otro lado que me respondía y que además me daba indicaciones y aprobaba lo que hacía. Todo esto supuso un intercambio brutal de información durante los siete años que ha durado el trabajo, aunque haya sido de forma intermitente. 

 

-¿No trabajaron de forma continua?

 

-No, algunos meses paraba y luego lo volvía a retomar, colaborando siempre mano a mano con él, lo que me ha permitido llegar al nivel de detalle que a mí me gusta. Por ejemplo, le pregunté sobre la marca de tabaco que fumaban de jóvenes, me respondió que se llamaban Ideales, la busqué y entonces pinté la cajetilla dura pero él me decía que era blanda porque costaba menos. Así que todos eran detallitos pequeños que son los que ayudan a configurar ese trasfondo realista que en mi caso no es académico. Y lo mismo que con las cajetillas de tabaco me pasaba con los coches que él me describía muy bien y luego yo buscaba la documentación para ver cómo eran y así pude conectar con esa realidad. 

 

-También junto al autor pudo visitar lugares que ya no existen. Ser testigo de un mundo que como usted dice se derrumba.

 

-Sí, del mundo de una generación o de varias que se criaron en una España de posguerra con muchas familias parecidas a las de la novela, en las que estaban enfrentados los que eran de izquierda y los de derechas. Toda esa carga política retratada en la historia que cuenta Xavier de su familia es parecida a la que me contaban mis padres y mis abuelos de la nuestra, y de la que siempre quieres saber más. Así que gracias a trabajar con Xavier conseguí a la vez aprender y acercarme más a ese momento histórico y descubrir aspectos de mi propia familia, hasta el punto de llegar a la conclusión de que prácticamente parecen vidas paralelas. 

 

-La novela se centra en lo que les ocurre a una serie de jóvenes de aquellos años difíciles de la posguerra. 

 

-Ellos pasaban por los mismos problemas y vivieron las mismas situaciones porque se desenvolvían en un contexto social, político y religioso que era idéntico para todos y cada uno. 

 

-Al parecer tuvo la suerte de que el autor también ha sido lector de cómics con lo cual entendía este lenguaje y le resultó más fácil traspasarlo del literario al de los tebeos. Con la ventaja de que los cómics llegan a más gente y desventaja de que se debe hacer un gran esfuerzo de síntesis. 

 

-Sí, él de pequeño leía muchos cómics de aquellos años como El Capitán Trueno y ahora de adulto ha recuperado esta costumbre con la novela gráfica y por ejemplo le gusta mucho el trabajo de Paco Roca. Ésta es una manera de conectar un poco con los asuntos relacionados con la Memoria Histórica que nos gustan a los dos. Además, es un tipo muy abierto que desde el primer momento entendió lo que yo debía hacer y me lo dijo claramente: “Ten claro que ésta va a ser tu obra no la mía, tengo plena confianza en ti y por mi parte cuentas con libertad total”, entonces la verdad es que trabajé muy tranquilo. Al principio más que un guión hicimos una selección de imágenes previas que eligió un colega de Xavier llamado Alfredo Ferreiro, un poeta gallego, escritor y redactor y luego yo cambié algunas y elegí otras.

 

-¿Cuáles por ejemplo? 

 

-Una de las cosas que hice con Xavier fue ir de ruta por todos los sitios en donde se llevaron a cabo los acontecimientos de la novela que están situados en Ferrol y alrededores, que además es la ciudad en la que nació Franco con la carga que tiene este dato. Así que hicimos un recorrido que fue muy interesante aunque contemplaras ese mundo que se derrumba del que hablamos antes. 

 

-Por ejemplo, ya no existían los burdeles en los que muchos  jóvenes de aquella época se iniciaban en el sexo porque entonces no quedaba otra.

 

-Sí, exactamente ya no hay nada del barrio Chino de El Ferrol, ahora todo son casas nuevas. También pasamos por las playas donde los chavales vivieron sus primeros amores, la llegada de la nueva música a veces de forma clandestina, como la de los Beatles, Chubby Checker o el Twist. Y en el caso de un personaje también tuvo lugar el primer encontronazo con la muerte, como ocurre en toda historia universal en la que podamos reconocernos. De hecho, la novela comienza precisamente con la muerte de la madre del personaje principal durante el parto, lo que le crea una sensación de autoculpabilidad porque está seguro de que fue él quien acabó con su vida. Este dato no es autobiográfico pero le sirve a Xavier para darle un arranque más dramático a la obra en la que luego la muerte se convierte en una constante. 

 

-Me contaba que introdujo algunos capítulos nuevos que no aparecen en la novela. ¿Cuáles fueron?

 

-Cuando hicimos la ruta por Ferrol pude ver por primera vez la Semana Santa de aquí y me sentí impresionado con toda aquella gente encapuchada, descalzos y acompañando a la virgen, así que le dije a Xavier: “¡Ostras, estas cosas hay que contarlas!” y él me contestó como siempre: “Puedes poner lo que quieras”. Pero de la misma manera que hay algunas escenas que no están en la novela también hay otras que dejamos fuera.

 

-¿Qué le han comentado los que a la vez han leído la novela y el cómic?

 

-En algunas presentaciones ha llegado gente cuando estábamos firmando ejemplares que nos decían que a través del cómic acabaron leyendo la novela y al revés. Entonces creo que se ha producido un intercambio muy interesante entre la literatura y la novela gráfica. 

 

-En la obra se habla de asuntos que en aquellos tiempos estaban naturalizados como los castigos de los profesores a los alumnos y el bullying.

 

-Todo eso de la violencia en el colegio, el bullying o los abusos entre los niños y las palizas que les daban los profesores, era algo normal en aquellos tiempos. Yo incluso lo viví, por lo que quizás hayamos sido la última generación que lo sufrió, aunque ahora continúe pero de otra manera.

 

-¿Conoció a algún otro personaje que aparezca en el libro y que aún esté vivo?

 

-Sí, en una de las presentaciones conocí a un amigo de Xavier que era hijo del dueño del chiringuito de la playa donde se celebraban los guateques en verano y que le inspiró uno de los personajes. Fue un momento muy emocionante y divertido que se me quedó en el recuerdo. La verdad es que a todos les puse la cara que me dio la gana, ahí tuve total libertad, así que resultó curioso ver la reacción de la propia persona cuando se veía representada con una cara distinta. 

 

-En esta obra aparecen las constantes de su carrera como son los asuntos relacionados con la Memoria Histórica y defensa de la cultura gallega. Incluso de forma casual o inconsciente, el padre del principal personaje es doctor, con lo que se cubre de alguna manera la cuota de su pasión por la ciencia.  

 

-Sí exactamente, vemos la represión que ejercían los profesores que nos prohibían hablar en gallego porque lo relacionaban con las clases bajas, así que debías hacerlo en privado, lo que supone toda una discriminación. Aquello era una marginación de lenguas que hoy en día podemos llamar cooficiales pero que en esa época estaban muy mal vistas y eran perseguidas. Todo eso creo que está muy bien reflejado en el libro.

 

-Curiosamente Xavier no es de origen gallego sino castellano.

 

 -Si, él se crío aquí, al igual que un personaje que aparece en el libro, que tiene mucho de él, como que su padre también es médico y que al principio considera algo exótico que los demás hablen gallego a lo que le respondían: “Nosotros tenemos nuestra lengua y hablarla nos parece normal”. 

 

-Y pese a sus orígenes sin embargo se ha convertido en uno de los principales escritores de la lengua gallega, lo que no deja de ser sorprendente y tener un gran mérito.

 

-Que sus familiares sean castellanos es un dato bonito, maravilloso en cuanto que alguien de afuera se integra de esta manera en nuestra cultura y se convierte en un gran defensor del sitio en el que ha ido a vivir. Esas son ideas que a nivel humano todos deberíamos defender, aceptar las costumbres del lugar al que llegas, respetar su lengua e incluso enriquecerse con ella. Creo que por su parte también hubo mucho de reivindicación al ponerse del lado de tus amigos, de las minorías, algo que honra a su figura.

 

-Resulta asombroso cómo llegó a dominar esta lengua. 

 

-Sí, de hecho nos da lecciones a muchos de nosotros sobre gramática o lingüística y también es un gran conocedor de los topónimos y de dónde vienen los nombres de las aldeas, algo por lo que se ha interesado muchísimo. 

 

-Me cuenta que sus próximos planes pasan por volver a la ciencia ficción, género que le apasiona, después de este largo paso de siete años por el realismo. 

 

-Pues sí, me gustaría volver a hacer una historia de ciencia ficción ambientada en el universo particular que tengo llamado Planeta Mincha en el que también hay aspectos de humor, intriga y cosas parecidas. Me gustaría desoxigenarme pero seguro que volveré al realismo porque tengo por ahí alguna historia ambientada en la España de los años veinte y treinta. Me gusta mucho el género histórico y planificar los relatos de manera que aunque el dibujo no sea supervirtuoso, la narrativa fluya con total naturalidad y resulte fácil de leer. 

 

-En una entrevista anterior me dijo que cada obra ha significado siempre un cambio de estilo. ¿En este caso concreto cuál diría que ha sido?

 

-Me parece que existe una diferencia de registro en cuanto al dibujo aunque yo prácticamente cambio siempre. En este caso la particularidad es que como he tardado siete años en acabarlo y lo máximo antes era uno, he obtenido un aprendizaje tremendo, como es que dejar reposar la obra durante un tiempo y trabajarla de forma intermitente, tiene sus cosas buenas y malas.

 

-¿Y qué sería lo bueno y lo malo?

 

-Pues lo malo es que si paras un proyecto durante tres meses y después lo retomas tienes que volver a revisar todas tus pautas, meterte otra vez en la historia y tardas unos días para conseguir el punto de concentración necesario, porque lo haces en frío. Y lo bueno es que empiezas a ver defectos y a corregirlos, es como si lo hubiese hecho otra persona. Pero lo peor es haber tardado siete años y eso lógicamente te produce desesperación.

 

-De hecho creo que Xavier llegó a “presionarle” de alguna manera.

 

-Sí, me hacía llamadas, digamos que “intimidatorias” diciéndome: “Mira que no te parezca mal pero ya tengo casi ochenta años…” o “la semana pasada se murió un amigo más joven que yo”, cosas de ese tipo y claro yo me reía. Pero siempre le pedía que no me preocupara, que confiara en mí. Al final somos casi una familia después de haber hecho juntos unas cuarenta presentaciones por toda Galicia pasando por distintos pueblos, villas o aldeas, estar en librerías pequeñas, centros sociales, cívicos, colegios o institutos. Nos ha llamado un montón de gente, parecíamos un grupo de rock en una gira, haciendo hasta dos bolos diarios. Es la prueba de que todo ha funcionado muy bien, que hemos vivido una experiencia maravillosa.

 

-Como responsable del próximo Salón Internacional del Cómic Viñetas desde O Atlántico que empieza en pocas fechas, nos podría contar algunas novedades que por lo visto son importantes.

 

-Sí, ahora mismo estamos muy contentos en esa segunda etapa del salón al ver que se va consolidando. Hemos organizado un montón de exposiciones muy cuidadas y elegido un par de motivos centrales como es la relación entre la música y el cómic. También está previsto un homenaje a Castelao por el 75 aniversario de su muerte porque lo consideramos uno de los pioneros del cómic en Galicia. Es una de las figuras principales de la cultura gallega, un autor muy complejo y creo que la muestra va a ser muy dinámica y entretenida. Al igual que el año pasado vamos a llevar el cómic a otros ámbitos del mundo del espectáculo, en este caso al de la música y para ello hemos invitado a artistas que son músicos y dibujantes a la vez como Víctor Coyote y luego hay una exposición sobre Quino que también tuvo una relación especial con la música. De hecho vendrán los sobrinos, uno de los cuales se llama Guille que fue en el que inspiró al personaje que tiene este nombre en Mafalda. Así que además de haber tenido la suerte de conocer personalmente a Xavier, ahora me toca Guille, lo que no está nada mal. Creo que va a salir un festival muy bonito.