INVESTIGADORES DE LA ULL EVALÚAN LA EFICACIA DE UN PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE VIOLENCA DE GÉNERO EN ADOLESCENTES

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Un equipo de investigación de la Universidad de La Laguna acaba de publicar en la revista suiza Adolescents un artículo con los resultados de la evaluación realizada a un programa de intervención para la igualdad y prevención de la violencia de género en adolescentes llamado Previogen. Dicho programa fue diseñado por el mismo equipo y, tras su aplicación durante 12 meses en 561 estudiantes con edad media de 16 años, ha demostrado ser eficaz para reducir las actitudes sexistas.

Tanto el programa de intervención evaluado como el artículo con los resultados que constatan su eficacia han sido desarrollados por Elena Vila Cortavitarte, del programa de doctorado en Ciencias de la Salud; Marta Díaz Gómez, del Departamento de Enfermería, y José Miguel Díaz Gómez, del Departamento de Psicología Cognitiva, Social y Organizacional de la Universidad de La Laguna. El programa Previogen ya fue validado, pero ahora se ha realizado una nueva evaluación publicada internacionalmente en una revista científica de impacto.

El programa demostró ser eficaz en la reducción de actitudes sexistas explícitas e implícitas, tanto a corto como a medio plazo, logrando un cambio actitudinal estable a lo largo del tiempo. Posiblemente parte de su éxito se debe a su metodología participativa, con dinámicas de juego en el aula para despertar el interés y la motivación de los participantes.

Metodología

Existen pocos estudios previos que evalúan los resultados de los programas de educación afectivo sexual a medio y largo plazo. Por ello, el equipo de investigación se planteó realizar esta evaluación sobre la eficacia de su programa de intervención educativa dirigido a promover la igualdad y prevenir la violencia de género en adolescentes. Sus participantes, la mayoría de nacionalidad española, fueron asignados de forma aleatoria a un grupo experimental o a un grupo control, y a ambos conjuntos se les realizó un seguimiento de 12 meses.

El grupo experimental recibió una intervención de educación afectivo-sexual de 15 horas de duración que incluyó charlas seguidas de debates y trabajo en grupos reducidos de estudiantes, utilizando fichas y vídeos. También se incluyó la lectura de un comic que muestra las manifestaciones de una relación no igualitaria, y una escape room cuya finalidad era descubrir, mediante el juego, los obstáculos que han encontrada las mujeres a lo largo de la historia en su lucha contra la desigualdad. Por su parte, el grupo control recibió una charla sobre anticoncepción e infecciones de transmisión sexual.

Se utilizaron dos escalas previamente validadas para medir actitudes sexistas y roles de género; y también un relato, empleado para evaluar las actitudes sexistas implícitas, en el que se describe como la protagonista adopta una actitud pasiva cuando es forzada a una relación sexual no deseada. Tras su lectura, se solicitó al alumnado participante que valoraran el comportamiento de la protagonista.

Para contribuir a la continuidad y escalabilidad del programa, su página web pone a disposición pública de los contenidos empleados en esta intervención educativa, para que el profesorado disponga de todas las herramientas utilizadas para abordar en las aulas la educación en igualdad, y la prevención de la violencia de género. De este modo, el programa podrá llegar a más alumnado, sin coste inicial para los centros educativos.

Pertinencia de la intervención

Como explica el equipo investigador, la violencia de género afecta a todas las edades y tiene un origen multicausal relacionado con factores socio-culturales e individuales, entre los que cobra especial importancia la desigualdad de poder entre hombres y mujeres. En la sociedad persiste una cultura patriarcal en la que los estereotipos tradicionales de feminidad y masculinidad están instaurados en muchas familias, van quedando grabados desde la infancia y se tienen a imitar. 

La violencia de género tiene diferentes formas de expresión, desde las más sutiles como el sexismo, hasta las formas explicitas, como el chantaje emocional, las amenazas y los insultos, pudiendo llegar a la agresión física, e incluso al asesinato. Por ello, en opinión de los responsables del proyecto, el sexismo en adolescentes se debe abordar con un enfoque integral y sistemático. Las actitudes sexistas se relacionan con formas nocivas de interacción íntima, por ello uno de los pilares en la prevención de la violencia de género es lograr un cambio actitudinal. 

Se sabe que los programas integrales de educación afectiva-sexual son instrumentos eficaces para combatir la desigualdad de género, pero en la mayoría de los centros educativos, no se han incorporado en el currículo educativo. La formación que los adolescentes reciben sobre esta problemática generalmente se limita a nociones de anatomía y prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, sin que se aborden los aspectos de afectividad, las emociones y el disfrute igualitario.