Juan Guerra reinterpreta el paisajismo en la Casa de Colón

De izq a dcha. Ramón Gil, Serafín Sánchez, Juan Guerra, Alicia Bolaños y Javier Pueyo

 

● El museo inaugura el día 15 de mayo, a las 19:30 horas, su exposición individual ‘Deshilar la colección: Juan Guerra, la construcción del paisaje’

● La muestra reúne las obras del pintor junto con otras pertenecientes a Nicolás Massieu, Baudilio Miró, Yolanda Graziani o Eva Fernández de Guigou, entre otros

 

Las Palmas de Gran Canaria, 16 de mayo de 2025.- La Casa de Colón inaugura el día 15 de mayo, a las 19:30 horas, la exposición titulada ‘Deshilar la colección: Juan Guerra, la construcción del paisaje’, en la que el artista grancanario establece un diálogo entre sus obras de atmósferas oníricas, fechadas desde finales de los años ochenta hasta este mismo año, con algunas piezas conservadas en los fondos del citado museo en las que el paisaje se articula recurso omnipresente.

La individual del creador Juan Guerra (Las Palmas de Gran Canaria, 1945) cuyos comisarios son Ramón Gil, conservador de la Casa de Colón y Francisco Javier Pueyo, conservador del Servicio de Museos del Cabildo granacanario, permanecerá abierta al público hasta el 14 de septiembre, con entrada gratuita.

‘Deshilar la colección’ se trata de una nueva propuesta implementada en la programación de la Casa de Colón que entrelaza la obra de un artista contemporáneo con la colección artística conservada en los fondos del Cabildo de Gran Canaria. La primera edición de esta iniciativa tuvo lugar el pasado año con la obra de Macarena Nieves Cáceres como protagonista con su individual ‘Urdimbres de lo sagrado. Tramas que des(a)nudan amarres’, un proyecto artístico que abarcó la temática de lo sagrado.

El director insular de Cultura del Cabildo grancanario, Serafín Sánchez, avanzó en la presentación de la muestra que Juan Guerra “es uno de los grandes maestros del paisaje en el contexto de la plástica de Canarias. Su obra rezuma territorio, silencio y tiempo gravitado”, dijo.

El veterano y respetado artista posee una trayectoria consolidada y a estas alturas no tiene que demostrar absolutamente nada a nadie. Despliega en esta ocasión su profundo conocimiento y sensibilidad estética en torno a la construcción del paisaje, género en el que se le considera una figura destacada. No es extraño, al contrario, revelador, que cuando ingresara en 2013 como Académico Correspondiente de la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel, el título de su discurso de entrada en dicha institución fuera ‘Pintar silencios. El paisaje imaginado’.

“Para mí significa mucho que me hayan llamado para realizar esta exposición en la que he podido aportar mi obra”, declara Guerra. “Sobre todo para que quede constancia de que todavía se siguen pintando paisajes en Canarias, que no se lo han llevado los que ya han fallecido, sino que hay artistas vivos todavía trabajando en este tipo de registro”, añade el artista, quien reconoce como uno de sus grandes referentes al pintor británico William Turner. La naturaleza es un elemento clave en su producción pictórica. Cuando pinta en su taller no parte de la memoria de enclaves naturales conocidos o determinados, ni de fotografías o apuntes previos.

Juego de relaciones

Sus pinturas se exhiben en las salas de exposiciones de la planta alta del museo, estableciendo una conversación visual con una selección de obras pertenecientes a la colección insular. El equipo de conservación de la Casa de Colón ha escogido piezas que resuenan con la propuesta de Guerra, creando posibles conexiones estéticas y contextuales que enriquecen la experiencia del visitante. Este juego de relaciones invita al público asistente a sumergirse en el universo del pintor, al tiempo que redescubre obras significativas del museo firmadas por artistas de la talla de Botas Ghirlanda, Nicolás Massieu y Matos, Baudilio Miró Mainou, Vicki Penfold, Yolanda Graziani o Eva Fernández de Guigou.

De Juan Guerra se muestran piezas representativas de sus diferentes series, desde finales de los años ochenta hasta este mismo año, haciendo visible la necesidad y naturaleza vital de un artista que desea seguir pintando. Son en su mayoría naturalezas saturnianas, alejadas, inalcanzables, suavemente inmóviles, perdidas para la figuración humana y reflejadas en forma de paisajes inasequibles. Valles, montañas brumosas, visiones de enormes ciudades, grandes rocas azotadas por vientos inhóspitos o suspendidas ingrávidas de forma surrealista… la naturaleza como punto de partida, pero reinterpretada desde la memoria del artista en la soledad de su estudio. Atmósferas intangibles de paz y de tranquilidad, que parten de la rapidez de un apunte, para ofrecer sensaciones que se obtienen al subir a lo alto de una montaña en la más absoluta soledad.

Toda la muestra gira en torno al paisaje, un género importante dentro de la Historia del Arte, que comienza su camino autónomo a lo largo de los siglos XVII y XVIII, para ser un absoluto protagonista en el siglo XIX y un aliado trascendental para el desarrollo de las vanguardias y la modernidad a lo largo del siglo XX. Esta última construcción teórica del paisaje es la que tratamos de analizar en profundidad a través de la estética de Juan Guerra, apoyándonos en apuntes sueltos de la obra de otros artistas que desarrollan y tratan los mismos elementos repertoriales. Explicitando el trabajo conceptual en la construcción de los horizontes, las perspectivas de los relieves montañosos o las luces y los tonos utilizados, hasta hacer patente los elementos que se usan como asideros mentales, que se repiten una y otra vez. Todos estos puntos tienen un fin común: hacer la naturaleza asible, propia, y poder recrearla -partiendo de la mímesis- en un lienzo.

En esa búsqueda incesante de territorios imaginados, mediatizados por los estilos pictóricos pero siempre reconocibles, la muestra ofrece diferentes obras de otros artistas pertenecientes a los fondos artísticos del Cabildo, como es el caso de Juan Rodríguez Botas y Ghirlanda (Santa Cruz de Tenerife, 1882 – 1917), con una serie de lienzos de pequeño formato realizados en Italia, que desprenden altas dosis de libertad gestual y un magistral uso del color; o de Nicolás Massieu y Matos (Las Palmas de Gran Canaria, 1876 – 1954), el denominado «pintor de Gran Canaria», del que se presentan una interesante selección de dibujos preparatorios que descomponen la realidad para más tarde reconstruirla de forma minuciosa. Igualmente, la obra de Baudilio Miró Mainou (Sabadell, 1921 – Las Palmas de Gran Canaria, 2000) transita por cotas y tensiones similares a las de Juan Guerra; hasta llegar a las reflexiones pictóricas de carácter abstracto de las artistas Pino Ojeda (Teror, 1916 – Las Palmas de Gran Canaria, 2002) y Yolanda Graziani (Las Palmas de Gran Canaria, 1926 – 2024), que nos sumergen en una modernidad compartida.

En definitiva, desde los repertorios personales de cada artista se establecen nexos de unión que parten de elementos comunes que es preciso reconocer, pero manteniendo la fuerza y vigencia de cada una de las estéticas presentadas, como es el caso de Vicki Penfold (Cracovia, 1918 – Puerto de la Cruz, 2013), o Eva Fernández (La Orotava, 1911 – Santa Cruz de Tenerife, 2005), pero siempre en relación con el maestro del paisaje, con Juan Guerra.

La exposición ‘Deshilar la colección: Juan Guerra, la construcción del paisaje’ puede visitarse de lunes a viernes, de 10:00 a 20:00 horas, los sábados, de 10:00 a 18:00 horas, y los domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas.

El autor

Juan Guerra es natural de Las Palmas de Gran Canaria, nació en 1945 y en 1960 se inicia formalmente en sus estudios artísticos en la escuela Luján Pérez. Gracias a su interés por la pintura, se licencia en 1980 por la Facultad Santa Isabel de Hungría de la Universidad de Sevilla. En 1983 obtiene el título de profesor de dibujo y comienza su docencia en varios institutos de su ciudad natal.

Ha exhibido su obra en más de treinta exposiciones individuales y ha tomado parte en casi cincuenta muestras colectivas. La muestra ‘Naturaleza viva. 1982-2023’ del pintor grancanario se exhibió en 2023 en la sala de arte de La Regenta. Según Antonio Pérez Martín, que comisarió esta última gran retrospectiva, la obra de Juan Guerra tiene una lectura “existencialista y romántica”, que ha llevado a una “renovación del paisaje en nuestras mentes”.

El reconocimiento a su contribución al panorama artístico canario llega en 2013 con su elección como Académico Correspondiente de la Real Academia Canaria de Bellas Artes (RACBA).