Las dos peticiones contra el cobro en la Plaza de España de Sevilla superan 40.000 firmas

27 de febrero 2024/Agencias
Las dos iniciativas presentadas por otros tantos vecinos de Sevilla, Jesús Juan Pérez y Nacho Molina, lanzadas en Change.org en las que piden que no se cobre por la entrada a la Plaza de España, han superado ya las 40.000 adhesiones entre ambas.

Según, a las 23.15 la primera ha llegado a 20.029, mientras que la segunda cuenta con 20.011, sumando ambas a esa hora un total de 40.040 firmas de apoyo.

La propia página ha informado en un comunicado de que uno de los impulsores, Pérez, entiende en su planteamiento que la Plaza «debe seguir siendo pública, gratuita y un punto vital para el intercambio cultural en nuestra ciudad”, y ejemplifica que desde hace años es lugar de encuentro para su familia y muchas otras.

«Yo llevo a mis hijas allí desde que nacieron. Es un espacio público y gratuito que fomenta la conexión intercultural, una joya en el corazón de nuestra querida Sevilla”, explica Jesús Juan Pérez en su iniciativa en Change.org.

El impulsor de la petición considera que esta plaza es más que un sitio turístico, ya que «es parte integral del patrimonio cultural sevillano”, y solicita al Ayuntamiento de Sevilla que reconsidere su decisión para “preservar este valioso espacio público para las futuras generaciones”.

Por su parte, Nacho Molina argumenta en su exposición de motivos que, desde su construcción, con motivo de la Exposición Universal de 1929, el conjunto monumental de la Plaza de España en el Parque de María Luisa en Sevilla «ha sido un espacio público, para disfrute de la ciudad y de sus visitantes».

«Fuera de la explosión turística que nos invade, ha sido y es», parte del paseo cotidiano para mucha gente en Sevilla, «del deporte, de la bicicleta, y de tantas jornadas de disfrute de ese magnífico edificio de Aníbal González».

Con la decisión del Ayuntamiento «dejará de ser ese espacio público del que hemos disfrutado toda la ciudad desde hace casi un siglo», para pasar a ser de uso limitado, y entiende que hay otras muchas maneras de obtener algún rendimiento económico que repercuta en las arcas públicas con el que financiar, «en parte, el coste del mantenimiento de los espacios comunes».

De esta forma, alude a la regulación de los pisos turísticos, «desde varios puntos de vista, fiscal incluido», la aprobación de una tasa turística, que sea proporcional al nivel del alojamiento contratado, o la revisión de las ordenanzas municipales «en cuanto al coste de uso puntual para las actividades empresariales».

Ha recordado, además, que no es «la primera vez que se privatizan espacios públicos en Sevilla», y rememora que en 1992 se cerró temporalmente -era para seis meses- el Patio de los Naranjos en la Catedral, que «desde tiempos inmemoriales» fue plaza pública, «con la excusa» de una magna exposición del Arzobispado, pero «no la ha devuelto, le puso un candado, y desde entonces, para entrar hay que pasar por taquilla».