Loro Parque celebra los 15 años del rescate de Morgan, la orca sorda que desafió todos los límites
El 24 de junio de 2010, una joven orca fue hallada varada y en estado crítico en las frías aguas del mar de Wadden, en la costa holandesa. Su historia, que pudo haber terminado ese mismo día, se transformó en un relato extraordinario de supervivencia, innovación y amor por los animales. Hoy, quince años después, Loro Parque conmemora el rescate de Morgan, una de las integrantes más carismáticas de su familia de orcas.
Tras ser rescatada por la guardia costera neerlandesa, Morgan fue trasladada a un centro de recuperación, donde se determinó que no podría volver al océano por sí sola. Fue entonces cuando un comité de expertos independientes señaló a Loro Parque como el lugar más adecuado para acogerla, destacando sus instalaciones de vanguardia y su compromiso con el bienestar animal, incluyendo parámetros de excelencia como la calidad del agua en las instalaciones y una dieta personalizada basada en los más altos estándares nutricionales.
Desde su llegada a Tenerife, Morgan ha vivido bajo el cuidado del equipo multidisciplinar de Loro Parque, integrado por entrenadores, veterinarios e investigadores. En este tiempo no solo ha logrado integrarse plenamente, sino que también se ha convertido en madre en dos ocasiones, la más reciente con el nacimiento de Teno, con quien mantiene un vínculo ejemplar.
Sin embargo, su llegada al parque no estuvo exenta de obstáculos. La decisión fue cuestionada por algunas organizaciones animalistas, que llegaron incluso a denunciar al parque. “A raíz de una denuncia interpuesta por PETA, el SEPRONA realizó una exhaustiva inspección de nuestras instalaciones. El informe fue claro: nuestras orcas estaban en perfecto estado y cumplíamos con toda la normativa europea y española”, recuerda Wolfgang Kiessling, presidente del Grupo Loro Parque.
Uno de los mayores retos fue descubrir que Morgan era sorda. Esta condición supuso un desafío sin precedentes que llevó al equipo a rediseñar por completo los protocolos de comunicación, tradicionalmente basados en señales acústicas. Miguel Díaz, entrenador jefe de orcas, explica: “Tuvimos que comenzar usando señales gestuales y luego desarrollamos un sistema propio de comunicación mediante luces, totalmente adaptado a sus necesidades”.
La historia de Morgan es también reflejo del papel que Loro Parque desempeña como centro moderno de conservación. A través de Loro Parque Fundación, la institución ha contribuido a la protección de más de 100 especies amenazadas y ha salvado de la extinción a 12 especies de loros en todo el mundo. Además, el parque cuenta con certificaciones internacionales como Humane Certified, otorgada por la entidad Global Humane, que avala su excelencia en bienestar animal.
“El ejemplo de Morgan nos inspira a seguir trabajando por la ciencia, la conservación y el respeto por los animales. Ver el fuerte vínculo que ha creado con su hijo Teno es un auténtico espectáculo de la naturaleza, y animamos a todo el mundo a venir a conocerla”, concluye Kiessling.