Ministra francesa pide una respuesta global a la salud mental tras apuñalamiento escolar
10 de junio 2025/Agencias
La ministra francesa de Educación, Elisabeth Borne, pidió «una repuesta global para abordar la salud mental de los jóvenes» tras el apuñalamiento mortal de una vigilante escolar por un estudiante de secundaria de 14 años, ocurrido este martes, seis semanas después de otro suceso semejante en otra escuela francesa.
«También debemos tomar medidas sobre el uso de pantallas y redes sociales. Debemos trabajar con las familias para prevenir este tipo de tragedias», insistió Borne en unas declaraciones ante el instituto de secundaria de Nogent (noreste) donde tuvo lugar el incidente.
La ministra detalló que, desde que comenzaron los registros sobre los estudiantes a finales de marzo, en respuesta al aumento de episodios de uso de armas blancas, se han incautado más de 300 en 6.000 inspecciones.
El suceso ocurrió hacia las 8.15 de la mañana en un centro de secundaria en Nogent (noreste de Francia), cuando una vigilante escolar de 31 años murió tras ser apuñalada por un estudiante de 14 años durante un control de mochilas a la entrada.
El presunto autor, que no tenía antecedentes, fue arrestado por la Gendarmería en un incidente en el que un agente sufrió un corte en una mano, y se encuentra en dependencias policiales.
Borne elogió «la sangre fría y el compromiso de quienes actuaron para reducir al agresor y proteger a los alumnos y el personal».
Los 324 alumnos del instituto fueron confinados inicialmente para garantizar su seguridad y posteriormente enviados a sus casas. El centro ya ha puesto en marcha un dispositivo de apoyo psicológico.
La víctima era muy conocida en el centro por integrar el equipo contra el acoso escolar y el detenido no generaba «dificultades particulares» a la dirección del centro, añadió la ministra.
Este último episodio de violencia escolar con armas blancas volvió a movilizar a la clase política y a organizaciones de profesores y trabajadores educativos, que llevan meses tratando de frenar el goteo de incidentes de este tipo.
«El país está en duelo y el Gobierno se ha movilizado para reducir la criminalidad», afirmó el presidente Emmanuel Macron en un mensaje en X, en el que lamentó «la oleada de violencia sin sentido».
El primer ministro, François Bayrou, reconoció que «la amenaza de las armas blancas entre nuestros niños se ha vuelto crítica, nos corresponde convertir esta plaga generalizada en un enemigo público».
En cambio, los partidos más a la derecha del Gobierno reaccionaron con críticas a lo que consideran tibieza del Ejecutivo contra la violencia.
El presidente de la región del Gran Este, donde ocurrió el apuñalamiento, el conservador Laurent Wauquiez, calificó el suceso como «otra terrible tragedia» y lanzó una velada crítica al Gobierno al añadir que «aquí es a donde conducen la laxitud y la falta de firmeza».
En la misma línea, la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, afirmó que «el pueblo francés está harto y espera una respuesta política firme, implacable y decidida a la lacra de la violencia juvenil».
En cambio, el expresidente socialista François Hollande se centró en pedir el «apoyo de toda la nación» para la comunidad educativa» y apostó por «movilizar nuevos recursos para prevenir esta violencia insoportable.»
El incidente ocurrió apenas seis semanas después de que el primer ministro pidió que se intensificaran los controles de seguridad en las escuelas, incluso con detectores de metales, tras el apuñalamiento en un centro de secundaria de Nantes (oeste) en el que un estudiante de 15 años atacó y mató a una alumna e hirió de gravedad a otros tres compañeros de su instituto.