Puigdemont huyó a Francia por una carretera secundaria tras esconderse en dos pisos

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20 de mayo 2025/Agencias
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont cruzó la noche del 8 de agosto de 2024 la frontera entre España y Francia por el Coll de Costoja, una carretera secundaria del municipio de Maçanet de Cabrenys (Girona), tras esconderse en dos pisos de Barcelona hasta las 20:00 horas de ese día.

Así lo revela el periodista Josep Nualart Casulleras en el libro ‘Tres dies d’agost’, publicado por Vilaweb y que reconstruye el retorno y la posterior huida de Puigdemont, coincidiendo con el pleno de investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.

Tres minutos antes de las nueve de la mañana del 8 de agosto del año pasado, Puigdemont irrumpió en el Arco de Triunfo de Barcelona, donde más de tres mil personas lo esperaban en un acto de bienvenida antes de la investidura de Illa y, tras un breve discurso, emprendió su retorno a Waterloo (Bélgica) esquivando a los Mossos d’Esquadra para evitar su detención.

Esa mañana, Puigdemont se escondió en dos pisos en Barcelona, uno en el barrio del Poblenou, cerca del Parlament, y otro en la salida de la ciudad, cerca de la Sagrera.

En el momento en que cruzó la frontera, pasadas las once de la noche, Puigdemont iba acompañado por el secretario general de JxCat, Jordi Turull, y el coche lo conducía un «tercer hombre», cuya identidad no se revela pero que jugó un papel fundamental en la logística de la operación.

Un agente en el semáforo
El autor desvela que un agente de los Mossos d’Esquadra persiguió a pie, durante 30 metros, el coche en el que viajaba Puigdemont tras abandonar el escenario montado en el Arco de Triunfo.

El agente corrió detrás del coche por la avenida Vilanova hasta el cruce con la calle Roger de Flor y estuvo durante más de un minuto frente al vehículo, parado ante un semáforo en rojo; es ahí, según el autor, cuando la policía autonómica pierde de vista a Puigdemont, y no dos kilómetros después, como se dijo en un primer momento.

Este mosso, que estaba en contacto telefónico con sus superiores, «se equivoca en detalles importantes» y «no informa bien del modelo del coche ni de la matrícula: dice que es un Peugeot y no un Honda, y solo acierta las letras de la matrícula, no la numeración».

Maniobras de distracción para salir de Waterloo
¿Cómo se gestó el fugaz retorno de Puigdemont? El libro explica que el plan estaba trazado al milímetro y contemplaba maniobras de distracción tanto en Bélgica como en la salida de Barcelona.

El 6 de agosto, Puigdemont abandonó Waterloo a las ocho de la mañana en su vehículo con dos personas más, una de ellas agachada, el «tercer hombre», y se introdujo en el aparcamiento subterráneo de un supermercado de la localidad.

Ahí les esperaba otro vehículo, al que se subió el expresident rumbo a Barcelona, mientras que el otro regresó a su casa de Waterloo con «el tercer hombre» a bordo, como maniobra de distracción. Puigdemont entregó sus dispositivos electrónicos a este segundo vehículo, por si rastreaban su localización.

Su círculo íntimo fue convocado a una cena en Ceret (Francia), dando a entender que asistiría él, pero en su lugar apareció «el tercer hombre» conduciendo el vehículo de Puigdemont y con su móvil y su ordenador en una bolsa, mientras el expresident ya había cruzado la frontera en otro vehículo, acompañado de Turull.

Preparativos para el regreso y la detención
Un mes antes, Puigdemont mantuvo una reunión en Waterloo con partidos y entidades independentistas para explorar su retorno: «Todos le aconsejaron que no lo hiciera, que no volviera», destaca el autor.

Al encuentro asistieron Lluís Llach (ANC), Xavier Antich (Òmnium Cultural) y Jordi Gaseni (AMI); Jordi Turull y Toni Comín (JxCat); Marta Vilaret y Juli Fernàndez (ERC); Carles Riera y Jordi Barbero (CUP) y Antoni Castellà, en nombre del Consejo de la República.

En paralelo, tanto Turull como el vicepresidente de JxCat Josep Rius se dieron de alta en el Colegio de Abogados para poder visitarle en prisión, y contemplaban trasladarse a Madrid para estar más cerca de él en caso de que acabase en los centros de Estremera o Soto del Real.

Puigdemont, además, preparó un vídeo para difundir en caso de que fuese detenido, así como su habeas corpus, escrito por su abogado, Gonzalo Boye, y que tenía 44 páginas.