Termina la reunión de amonestación de la embajadora española convocada por Israel
15 de mayo 2025/Agencias
La reunión de amonestación a la que convocó este jueves Israel a la embajadora española en el país, Ana Salomón Pérez, ya se ha celebrado en la sede del Ministerio de Exteriores israelí, en Jerusalén.
Según han informado a EFE fuentes de Exteriores israelí, dicha reunión ha tenido lugar aunque no ha trascendido el contenido de la misma, que se convocó este miércoles después de las que Israel calificó como unas «duras declaraciones» del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Por su parte, fuentes diplomáticas españolas tampoco han querido pronunciarse sobre el contenido de la reunión a la que había sido convocada la embajadora española.
Sánchez dijo este miércoles en el Congreso de los Diputados que su Gobierno no comercia «con un Estado genocida», en respuesta a las acusaciones del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, de que el Ejecutivo español comercia «con un Estado genocida, como Israel».
«Le puntualizo una cosa señor Rufián: nosotros no comerciamos con un Estado genocida. No lo hacemos, señoría. Y creo que el otro día desde esta tribuna especifiqué precisamente de qué estábamos hablando cuando se hablaba de algunas cosas que no se ajustan a la verdad», dijo Sánchez.
Sus declaraciones responden a la polémica suscitada en España por la compra de armamento israelí en medio de la ofensiva que está llevando a cabo Israel en la Franja de Gaza.
El pasado 24 de abril, Sánchez anunció la rescisión de un contrato de compra de balas a una empresa israelí para preservar la coalición con su socio de Gobierno de izquierdas Sumar.
Se trataba de un contrato con la empresa IMI Systems para la compra de 15 millones de balas para la Guardia Civil por importe de 6,6 millones de euros.
Tras el anuncio de la rescisión, Israel condenó «enérgicamente» la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez, al considerar que estaba «sacrificando consideraciones de seguridad por motivos políticos».
Según dijo entonces Exteriores israelí, con su decisión, el Gobierno español continuaba «en el lado equivocado de la historia» y se posicionaba «en contra del Estado judío, que se defiende de ataques terroristas en siete frentes».