TOMADURA DE PELO, CON EL PATRIMONIO CULTURAL DE CANARIAS.
Manuel Rodríguez Hernández.
Coordinador de la RSP de Jinámar y Portavoz de la COPAJI.
Este 6 de junio de 2025, entra en el correo electrónico del portavoz de la Coordinadora en Defensa del Patrimonio de Jinámar (COPAJI), un documento proveniente del Portal de Noticias del Gobierno de Canarias. Dicha comunicación hace referencia al “II Consejo Autonómico de Patrimonio Cultural” que se celebró el 19 de julio de 2024 en el Cabildo Insular de gran Canaria. https://www3.gobiernodecanarias.org/noticias/el-ii-consejo-autonomico-de-patrimonio-cultural-acuerda-trabajar-en-la-mejora-de-la-ley-aprobada-en-2019/.
Esta comunicación me ha incitado al portavoz de la COPAJI, a poner de relieve, una vez más, el descuido y dejación de las instituciones para con el patrimonio cultural de Canarias.
Para cualquier persona canaria, consciente del papel que juega el patrimonio en la cultura e identidad de los pueblos; lo que está ocurriendo en Nuestra Tierra y en especial en Gran Canaria, es una vergüenza. Técnicos y políticos que se reúnen de forma ordinaria para llevar a cabo las funciones que establece la Ley, en este caso la “11/2019 de Patrimonio Cultural de Canarias”, y que cuando se reunieron el pasado año, dicha norma llevaba más de cinco años aprobada y les obligaba al desarrollo de los catálogos insulares y municipales en el plazo de tres años. Pero en sus conclusiones, el cónclave del patrimonio canario, acordó por unanimidad, que “es necesario contar con los catálogos insulares y municipales como herramienta básica para la gestión en la conservación de los bienes culturales de las islas”. Dicho acuerdo es una tomadura de pelo a Canarias, porque tal acuerdo se había tomado cinco años antes y se publicó en el BOE número 90, del 13 de mayo de 2019; lo que tenían que hacer era ponerse a trabajar para cumplir con la Ley, porque llevaban dos años de retraso sobre los plazos máximos establecidos en la norma, para aprobar los catálogos insulares y municipales; estaban incumpliendo la Ley. Hoy llevan más seis años de aprobado el mandato legal y más de tres años de demora en su puesta en marcha.
Más allá de Risco Caído, del Parque Arqueológico de la Cueva Pintada, del Museo de Agáldar y los B.I.C. existe un inmenso legado cultural desprotegido, porque ni los cabildos, ni los ayuntamientos han asumido sus responsabilidades y no han elaborado los catálogos insulares y municipales a los que les obliga la Ley 11/2019, para aquellos bienes de rango inferior a los B.I.C.
Lo que es evidente es que existe una dejación de responsabilidades con los asuntos del patrimonio cultural, que no es nueva, porque la antigua ley de Patrimonio, la 4/1999, también la incumplieron. Así consta en el mismo preámbulo de la actual ley 11/2029, donde dice literalmente: “Los instrumentos de protección regulados en la ley anterior no han sido aprobados por la mayor parte de los ayuntamientos de Canarias, dejando sin proteger un número considerable de bienes que ostentan valores patrimoniales dignos de ser preservados…” y “La nueva norma pretende, igualmente, resolver el problema de inactividad de ciertas administraciones públicas a la hora de aprobar los instrumentos de protección del patrimonio cultural, generando con ello la más absoluta desprotección de los bienes que lo integran”.
¿Donde está el Consejero Insular de Patrimonio y dónde el director general de patrimonio del Cabildo de Gran Canaria? Estos reconocieron en el “II cónclave” lo obvio, que el catálogo es la herramienta básica para la protección del patrimonio cultural. Un año después siguen sin dotarse de dicha herramienta. ¿A qué se dedica el señor director General de Patrimonio Insular, si ha sido incapaz en seis años de desarrollar o encargar la norma que regula sus competencias y que es la herramienta imprescindible para proteger nuestro legado insular?
¿Es dejación? ¿Es ineptitud? ¿Es incompetencia? ¿Existen intereses urbanísticos ocultos a los que afectaría el patrimonio cultural en Gran Canaria, caso de protegerse, y no le conviene a los sectores especulativos del suelo isleño? ¿Qué es lo que protegen el director General de Patrimonio de Gran Canaria y el respectivo Consejero de Patrimonio Cultural, con su dejación?
El señor Presidente del Cabildo de Gran Canaria, don Antonio Morales, conoce esta situación de dejación, tras dos reuniones mantenidas con la (COPAJI). En la primera reunión, celebrada el 5 de septiembre de 2024, el presidente desconocía que el Cabildo debía tener un catálogo insular de patrimonio cultural, para aquellos bienes de rango inferior a los B.I.C. y confundía el inventario etnográfico, con el inexistente catálogo insular de bienes culturales. En la segunda reunión, que mantuvo con los colectivos de Jinámar el 21 de enero de 2025, y con la presencia del Director General de Patrimonio, Juan Sebastián López, quedó patente que no había catálogo insular de bienes culturales y ambos se comprometieron a sacarlo a licitación, de formar prioritaria. El señor Morales, que presume de defender La Isla y de su nacionalismo, en sus frecuentes artículos llenos de vanidad; está contribuyendo a la pérdida y al deterioro de nuestro patrimonio. ¡Menuda defensa de la Isla y menudo nacionalismo!
¿Qué les queda a los vecinos de Jinámar y a quien quiera defender nuestro rico patrimonio? Porque, de hecho, existe un menosprecio institucional al legado cultural de Nuestra Tierra y un desprecio a la colaboración ofrecida por las organizaciones sociales para el rescate patrimonial, su clasificación y su difusión.
Las denuncias molestan a los incompetentes e irresponsables y los denunciantes, con frecuencia, son señalados por los anteriores como insensatos y atrevidos. Pero no dejan opciones a quienes quieren proteger nuestro patrimonio, para que las generaciones futuras puedan arraigar en nuestra tierra y tener identidad propia.
Las denuncias van a continuar. Es el recurso que dejan a las organizaciones sociales interesadas en defender el patrimonio cultural. A pesar de ellas, los colectivos vecinales, no van a renunciar a su contribución democrática, pidiendo a las instituciones que asuman sus responsabilidades y cambien de talante.