Un modelo turístico agotado y perjudicial…
La realidad para los canarios, para los residentes, es muy diferente. La ciudadanía no percibe mejora alguna en esos incrementos, No la percibe porque, para empezar, y como bien sabemos, los salarios percibidos no se corresponden con los beneficios que esas cifras generan en los mandamases del turismo. Pero no se trata sólo de eso. Ojalá simplemente fuera eso…
La cruda realidad es que Canarias no puede permitirse ese crecimiento desmesurado en la llegada de turistas. Ni aunque se incremente el gasto. Para empezar, habría que desmenuzar ese gasto, para comprobar si se queda en las islas o se va fuera. Comprobar si ese «supuesto beneficio» nos sale realmente rentable o no. Cualquier residente puede deducir que más bien no…
Las islas no pueden soportar tanta población «flotante». Unas islas en situación de emergencia hídrica no pueden permitirse el consumo de agua que generan piscinas, campos de golf, o las propias costumbres de quienes vienen de donde el agua sobra. Como no pueden permitirse la masificación impuesta por un modelo turístico basado en el número de visitantes, y no en la calidad, económicamente hablando. Un modelo desarrollista que lleva décadas fundamentado en un crecimiento sin regulación. Un modelo que produce especulación. Especulación que el propio Gobierno de Canarias favorece sin pudor alguno…
A pesar de las manifestaciones multitudinarias habidas en los últimos meses no solicitando, sino reclamando, un cambio de modelo turístico acorde con la realidad de las islas, el Gobierno de Coalición Canaria y Partido Popular sigue haciendo oídos sordos. Esta misma semana, a pesar de toda la polémica generada en torno al proyecto Cuna del Alma, que prevé la construcción de 420 villas de lujo en el Puertito de Adeje, el Gobierno de Fernando Clavijo y compañía ha premiado al Ayuntamiento de Adeje como «destino turístico». ¿Les suena aquello de «nos mean, y dicen que llueve»?…
No es racional en modo alguno que se subordinen las necesidades sociales y ecológicas a intereses especulativos, como bien ha razonado Valentín Correa Gutierrez, secretario nacional de territorio y medio ambiente de Nueva Canarias. Nos enfrentamos a una crisis estructural sin precedentes por culpa de un modelo desarrollista agotado…
¿Significa lo expuesto una condena al turismo? En absoluto: significa una repulsa a éste modelo turístico en concreto. Un modelo donde prima el mal llamado «desarrollo turístico» en perjuicio de nuestro medio ambiente, de nuestras costas e, incluso ya, de nuestra propia convivencia ciudadana. Recordemos que el Gobierno de Fernando Clavijo impide a nuestra propia población residir con libertad en nuestro territorio. Lo hace imponiendo la obligación de alquilar a promotores turísticos las residencias y apartamentos que se encuentren en «zonas turísticas». Es decir, obligando a irse de su vivienda a muchos residentes y buscar refugio en otro lugar. Eso, a pesar de que el crecimiento imparable de las viviendas vacacionales (destinadas al turismo) hacen imposible encontrar donde vivir a nuestra población…
Ese crecimiento de las viviendas vacacionales que no tienen verdadera intención de frenar desde el Gobierno de Canarias (por mucho que nos intenten engañar con leyes del todo insuficientes, que sólo intentan aparentar un interés que no tienen en resolver el problema). Un problema que trasciende a lo laboral, como vemos a diario…
Se posicionan en contra de adoptar cualquier medida que alivie o reduzca el problema. Se niegan a una moratoria o a la creación de una tasa turística. Medidas propuestas por Nueva Canarias basadas en informes. Hay que recordar que ya existió una moratoria siendo Presidente del Gobierno de Canarias Román Rodríguez y dió buenos resultados. En aquel momento, la situación no llegaba a la gravedad actual, pero se llevó a cabo, conscientes de su necesidad. Sabedores de las dificultades que afrontaba (y afronta) nuestro territorio…
El turismo pudo ser (y puede seguir siendo) un plan de futuro. Pero no con un modelo desarrollista basado en contar camas ocupadas, en número de pasajeros en los aviones. Debe cambiarse el modelo. Y debe apostarse por la diversificación de la economía. Basar el «desarrollo de Canarias» en un modelo turístico agotado, significa falta de capacidad de un Gobierno incapaz de apostar por la industrialización, por la ciencia, por el sector primario. Pan para hoy, y hambre para mañana (y el pan cada vez se reparte entre menos bocas)…
Ángel Rivero García