Editorial: Cuando se ahoga la libertad de expresión…

3 enero /El Diario de Canarias

Estos días están pasando cosas muy extrañas en el mundo del periodismo y la libertad de expresión, la maquinaria de los poderes políticos y económicos se ha  puesto en marcha para tratar de cerrar la boca a aquellos periodistas independientes,  que pretenden hacerse eco de los acontecimientos realmente importantes del país.

Hace muchos años que conocemos a Pedro J. Ramirez y nunca estuvimos de acuerdo con sus ideas, fueron grandes y abroncadas las discusiones que tuvimos, pero eso no tiene nada que ver para que defendamos a un compañero de profesión que su único pecado es contar la verdad. Parece ser que después de reiteradas denuncias de una gran envergadura, alguien (supuestamente), desde las alturas decidió que ya estaba bien y que había que dar un escarmiento a aquellos osados que se atrevían a arremeter contra ellos. De esa manera Pedro J. Ramirez fué destituido fulminantemente  de su función de Director de el diario El Mundo.

Pocos o casi ninguno ha salido a la palestra a defender a Pedro J., que se quedó solo en el ruedo lidiando un mihura excesivamente agresivo y peligroso. Lo que no saben aquellos que cierran la boca es que mañana les puede tocar a ellos, si en un momento determinado escriben por encima de sus posibilidades. Bien es cierto que en este país la gran mayoría obedecen a pautas que marcan sus dueños y señores, por lo que evidentemente, mejor es estar callados.

Pero no crean que es un hecho aislado, ni muchísimo menos, sabemos de muchos compañeros, hoy en la calle, apenas conocidos, periodistas de provincia que dieron con sus huesos en en el suelo, solo por tratar de mantener y contar lo que ellos veían con absoluta claridad, tratando de denunciar las muchas tropelías que se llevan a cabo desde el poder.

¿Se acuerdan de aquel dicho que decía…. «Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar».. ?, pues que tomen nota la mayoría silenciosa de nuestros queridos periodistas que las desgracias van por barrios, ha no ser, que sumisos sigan las instrucciones de sus amos…

Parece ser que la excusa fácil ha sido la restricción de plantilla porque el periódico de papel está cada día en peores circunstancias, ya no se gana el dinero de antes y los diarios digitales les comen la tostada a marchas forzadas..

¿Estamos ante un proceso de acoso y derribo al cuarto poder..?

Por cierto al Director de «La Razón».. que le den…