Editorial: El talento de los listos
A veces nos cuesta entrar de lleno en temas que sabemos pueden hacer daño a alguien,, pero cuando ese alguien se reitera una y otra vez en pasarse por el forro de sus caprichos a millones de ciudadanos crédulos que confiaron en él, la cosa cambia.
Me explico, cada día que pasa uno se queda atónito de la cantidad de despropósitos y personajes de los que estamos rodeados.
Oyendo ayer a D. Cándido Méndez, máximo responsable del sindicato UGT, representante de los trabajadores españoles, que están pasando el peor de sus momentos, sin trabajo, con hambre, con desesperación por un futuro incierto, uno se pregunta.. ¿en quien podemos creer, si nuestros propios amigos y compañeros, antes trabajadores y hoy en el poder nos toman el pelo?
La UGT andaluza anda revuelta estos días enfangada en presuntos engaños que pueden llegar a ser delictivos. Con subvenciones multimillonarias proporcionadas por las arcas del Estado, algunos de nuestros representantes laborales se pegan la vida padre, atiborrándose de mariscos en restaurantes de lujo y pegándose la vida padre en fiestas populares como la Feria de Sevilla. Dicen que esos dineros eran para formación y empleo.
El tema, con documentación por medio, lo justifica el insigne sindicalista, D. Cándido, con evasivas y negativas que penden de un hilo. Y en el colmo de los despropósitos, sin mover un musculo de la cara, dice que aquello que no tiene justificación, que ha sido un error y que devuelven el dinero a la Junta de Andalucía y.. ¡santas pascuas!..
Me gustaría saber y preguntar al Sr. Mendez donde está el error al desviar a fiestas y comidas los dineros que corresponden a sacar del apuro a los parados.
Algún que otro Quijote se ha puesto en marcha a investigar el asunto y tratar de llevarlo a los tribunales, aunque pensamos de antemano que el tema tiene poco recorrido porque como decía aquel y con algún cambio de palabrejas… «¡Con la todopoderosa UGT hemos topado..!»
No vamos a meter a todos en el saco, porque no sería justo, pero D. Cándido no puede defender lo indefendible, cuando después es el primero que denuncia irregularidades en otros grupos, mejor haría si se pusiera del lado de los trabajadores y depurase responsabilidades.
«A río revuelto ganancia de pescadores», seguro que algunos piensan algo parecido, pero piensen en los demás, en los que están en la calle con serios problemas, en aquellos que necesitan un plato de alubias, no un banquete a base de mariscos, piensen en aquellos que después les llevan a las calles a revindicar, precisamente, la verdad del despilfarro de los fondos públicos que se distribuyen sin control a unos y otros.
Alguien lo tenía que decir.