Editorial: ¿Estamos saliendo de la crisis?. Los más ingenuos aún lo creen…

¿Están saliendo de la crisis?.. Lo ricos sí..

¿Estamos saliendo de la crisis..?… Los pobres no…

Esa es la cuestión.

Todos los esfuerzos que está haciendo este Gobierno van precisamente en esa dirección, aumentar el patrimonio de los ricos y seguir haciendo más pobres a los que poco o nada tienen. Sigue subiendo el Ibex, que por cierto a la mayoría les suena a «chino» y sigue subiendo la bolsa, que nos importa un comino, porque nada tiene que ver con aquellos que  cotizan y que de un plumazo suben sus dividendos volviendo a enriquecerse.

Mientras todo eso es positivo, dicen para la economía del país, el trabajo sigue en precario, sin moverse, y aquellos que consiguen meter la cabeza a base de mucho sufrimiento suelen conseguir trabajos temporales, de corta duración, sin perspectivas de futuro y con sueldos miserables, y estos son los afortunados, imagínense como están los demás, esa gran mayoría  cada día menos silenciosa, que no tienen que llevar nada a sus casas para dar de comer a sus familias.

A este descalabro nacional, el que verdaderamente importa, hay que añadir la subida de casi todo, sube la luz, sube el butano, suben los precios de muchos productos de consumo básico, los bolsillos tienen unos agujeros que por mucho que los llenes todo se va por donde ha venido.

El poder adquisitivo de esos privilegiados que aún conservan su trabajo se ha ido al «traste», ya nos les da para nada, ven con cierta desesperación como sube hasta el aire que respiran y como sus sueldos se congelan como si del mas duro invierno se tratase, con temperaturas bajo cero nunca imaginadas.

Llegó el 2014, y llegará el 15 y el 16, y esto tiene visos de cambiar muy poco.  La actitud de los ciudadanos se vuelve cada vez más intransigente, viendo como cercenan sus derechos y como envían por el hueco del water sus ilusiones, tirando permanentemente de la cadena.

Pocos saben que hacer y las soluciones no llegan, sobre todo por parte de un Gobierno empecinado en el dichoso «Ibex» y dedicados a  pasear por medio mundo a empresarios poderosos a haber de donde sacan tajada, sin apenas darse cuenta que los que lo necesitan de verdad   están en sus ciudades, pueblos, aldeas, barrios y calles.